Misterioso Caos

Kenny

Además de que su apellido era de una marca de mayonesa, su nombre completo infringe cierto reconocimiento, como por ejemplo...

El chico de la parca naranja, pobreton, pervertido, portador de ETS, drogadicto, buen jugador de mesa pero un flojo para la escuela.

A él no parecía importarle ni un apodo o asociación que le hacían junto con lo pasado.

Incluso él creía que tenía gracia que estuviera en boca de todos cada que alguien enfermaba de alguna ETS, ¿cómo podían asociarlo con eso?

Bueno si, quiza Kenny era demasiado lujurioso, quizá si se metía con quien se le pusiera en frente, quizá si hasta se metía con más de una persona a la vez, pero eso sí... Kenny se protegía.

¿El resto? Bueno, para muchos iba de la mano el ser pobre y drogadicto junto con su familia inestable. Por suerte, sus amigos Kyle y Stan lo ayudaron a salir de las drogas (prácticamente lo obligaron, una noche lo encontraron caminando hacia la escuela y lo noquearon, posteriormente lo llevaron a un centro de rehabilitación, el sigue diciendo que fue secuestro pero Kyle y Stan lo llamaban de otra forma) y juraba no volver a ellas después del infierno en vida que pasó en ese lugar.

Aunque aún tenía problemas al ver de forma normal a los gatos.

Y bueno, la adolescencia eran los mejores años de vida según todos los adultos. El creía que era la edad en la que todas las dudas surgían y en la que no eras ni suficientemente grande para hacer tales cosas pero tampoco suficientemente niño para hacer otras tantas.

Era la edad de la confusión.

A pesar de todo eso, Kenny si que disfrutaba su vida lo más que podía y como le era económicamente posible, de forma que la escuela se iba al carajo para el, tener sexo era lo mejor del mundo, ver y coleccionar porgnografía era un arte, vagar por las calles o incluso colarse a fiestas de desconocidos, era lo mejor para él.

Era el rubio más rebelde de todo South Park.

O eso creía.