24. Capítulo 4 parte II

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Hola gente 👋☺️
Lamento haber demorado demasiado
en actualizar la Historia pero hubo
algunas situaciones que podría explicar
pero mejor solo lo hice en el Amino xd

En fin. Espero sea de su agrado, y
espero poder ser capaz de seguir
actualizando más seguido.

Lo intentaré 😅

A la mañana siguiente desperté antes que nadie y de nuevo giré para comprobar que estuvieran todos, más específico, que estuviera Ralts en su lecho de hojas que se encontraba cerca del mío, pero la encontré muy junto a mí.
     Observándola, comencé a recordar lo ocurrido anoche.

***

—!Ralts! ¿¡Qué te ocurre!? —La agité suavemente sin recibir respuesta alguna.
     —Hagamos travesuras…
     Escuché de nuevo su voz, el canto, pero esta vez pude notar que aunque Ralts moviera sus labios, su voz no salía de ella, sino más bien, de todos lados. Se fundía en el ambiente.
     —Y no te preocupes…
     Volteé a mirar a todos lados, siguiendo su voz. El bosque pareció tornarse cada vez más obscuro, tanto que incluso ya no alcanzaba ver nada del cielo salvo la luna llena.
     —Aunque muy serio parezca…
     Lo extraño fue comenzar a ver como si la obscuridad misma se moviera por su cuenta, incluso comenzaba a tomar formas extrañas. Manos, brazos, garras; cada vez acercándose más a nosotros, a Ralts.
     —Ralts, tenemos que irnos —intenté despertarla, pero sin éxito alguno.
     Entonces, unas sonrisas blancas se fueron formando en la oscuridad, largas y con dientes puntiagudos que reían y se burlaban. Cada vez más. Cada vez más cerca. Cada vez más rápido.
     Intenté golpear a los que se fueran acercando demasiado pero no sentía nada, nada salvo un frío viento al tocarlos. Ellos se disolvían pero enseguida seguían apareciendo más en el lugar.
     —Solo una broma es…
     En ese instante todos se lanzaron hacia nosotros.
     —¡¡¡Ralts!!!
     La obscuridad se disolvió y de nuevo se pudo apreciar la luz de la luna y el cielo estrellado, incluso pude notar que los sonidos del bosque nocturno habían regresado los cuáles no me había dado cuenta de cuándo es que se habían ido.
     —¿R-riolu?
     Escucho la suave y débil voz de Ralts a quien tengo apoyada en mis brazos ya que tras haberle gritado se dejó caer.
     —¿Te encuentras bien, Ralts?
     —¿Q-qué ocurre? —pregunta intentando levantarse por lo que la ayudo con ello—. ¿Q-qué hacemos a-afuera? —pude notar cierto nerviosismo en sus palabras.
     —Volvamos a la cueva a dormir —la invité apoyando mi mano en su espalda para empujarla ligeramente—, deja te explico en el camino.
     Enseguida de dar el primer paso, Ralts levantó sus manos sujetando su cabeza y encorvándose un poco hacia adelante comenzar a gritar.
     —¿¡¡Qué sucede!!? —enseguida me acerqué frente a ella, sosteniéndola por los hombros.
     —¡Duele! —gritaba mostrando clara agonía de ello—. ¡¡Duele!!
     Impotente de no saber qué hacer, estaba realmente preocupado.
     —¡¡Ralts!! ¡¡Por favor…!!
     —¡Due…! —gritó sin finalizar al caer desmayada.
     La recibí en mis brazos nuevamente, analizándola, tratando de ver si su estado había empeorado.
     —¡¡Ralts!! ¡Responde, por favor!
     —E-estoy… b-bien —respondió con su voz debilitada—. S-solo tengo… m-mucho… sueño.
     En ese momento perdió el conocimiento. De nuevo intenté analizarla pero su propia aura ya podía sentirla de nuevo, y no la sentía con alguna irregularidad. Parecía estar bien.
     Preocupado, seguí observándola, con su respiración normal parecía estar simplemente durmiendo. Me alivié un poco soltando un suspiro.
     La cargué entre mis brazos y la llevé a la cueva para que pudiera seguir descansando. Coloqué mi lecho de hojas cerca del suyo para estar al pendiente si le llegase a ocurrir alguna otra situación. Volteé a mirar a la salida de la cueva pensando en que no tardaría mucho en amanecer dentro de un tiempo. Me acosté y cerré los ojos sin despegar la atención en Ralts.

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