14. Capítulo 2 Extra

73 9 0
                                    

Memorias de Eevee I

Esa noche un extraño presentimiento me despertaría súbitamente. Nunca hubiera imaginado que terminaría por ocurrir la más terrible noche en el Bosque de la Laguna.

Desperté exaltada observando el interior de la cueva. Al comprobar que no se encontraba nada fuera de lo normal me dispuse a salir y revisar la situación.

Una vez en la salida simplemente me limité a observar los alrededores. A pesar de no encontrar nada en especial aún tenía ese extraño presentimiento pero sin notar nada extraño salvo el cielo más nublado que de costumbre me regresé a dormir de nuevo.

-Awww~ -bostecé mientras me acomodaba en mi espacio-. Será una mañana fresca.

***

-Eevee.

Una voz gentil pero firme me despertó.

-¿Q-qu...? ¿quién? -dije mientras me encontraba aún un tanto aturdida mirando a todos lados buscando al dueño de la voz que me parecía reconocida-. ¡S-señor Guardián del Bosque!

Que el mismo Guardián del Bosque me visite a altas horas de la noche no quiere decir precisamente buenas noticias.

-Ya te dije que solo me llames Ninetales -dijo con un cálido rostro y una ligera sonrisa.
-A-ah, sí. Claro señor N-ninetales.

Ninetales se limitó a negar un poco con su cabeza mientras sonreía.

-Necesito que me hagas un favor -solicitó adoptando una gran seriedad en su rostro, cosa que terminó por asustarme un poco.
«¿Qué habrá ocurrido?», -¿Un favor?
--Por favor cuida de Vulpix. Cuidense entre los dos.

Escuchar su petición hizo que brotaran muchas dudas en mi mente.

«¿Cuidar a Vulpix?».
«¿A dónde irá él?».
"¿Qué está ocurriendo?».

Como leyendo mi mente el Guardián de Bosque prosiguió.

-Presiento que algo terrible se acerca al bosque. Vulpix viene detrás de mí pero le dejaré una tarea para que no me siga más -mencionó volteando a ver de lo que parecía ser de donde provenía y de donde se acerca Vulpix-. Cuiden el bosque.

En ese momento Vulpix llegó con nosotros, lucía algo cansado tomando aire.

-Padre... ¿Por qué... saliste... corriendo?

Sin darle oportunidad de responderle una tormenta comenzó a azotarse en el bosque. Salimos de la cueva a observar y notamos con rareza que solo abarcaba poco más de la parte este de bosque.

-Vulpix, esa tormenta no es normal -comenzó a decir el Guardián del Bosque-, me adentrare para ayudar a quienes estén en problemas, mientras tanto quiero que no permitas que nadie se acerque a esa área.

Se giró a mirar a Vulpix y pude notar en sus ojos una mirada un tanto extraña. Suave, serena, amorosa, orgullosa. Por un segundo se me cruzó por la mente que lo estaba mirando como por última vez.

-Pero puedo ir a ayudarte -Habiendo recuperado su aliento objetó con gran confianza en sus palabras.
-Lo sé pero si tú vienes ¿quién evitaría que otros entren? -Ante sus palabras Vulpix solamente desvío su mirada-. Es una tarea muy importante, no podemos dejar que más pokémon se vean involucrados.

Tras escuchar las palabras de Ninetales observé a Vulpix con detenimiento quien tras un breve silencio y pareciendo comprender la situación respondió.

-Entendido.
-Bien. Cuidense y cuiden a los demás -dijo volteando a mirarme por un momento a los ojos.

Tras ello Ninetales se dirigió a la parte este del bosque donde se podía ver la tormenta que se acrecentaba poco a poco, lo extraño es que se alcanzaban a ver varias luces blancas provenientes de adentro.

La PokeOdiseaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora