Después de una tormentosa noche en el bosque, un solitario huevo eclosiona revelando a un riolu.
Sin padres ni nadie más cerca, se encuentra con una ralts en su misma situación y juntos se disponen a encontrar respuestas y averiguar los misterios qu...
Un riolu es el pokémon el cual ha nacido de este misterioso huevo.
El pequeño pokémon se apoya hacia delante de él con la intención de salir de lo que antes fue su pequeño refugio; sin embargo, aún con la vista borrosa de recién haber abiertos los ojos, no fue capaz de ver que no se encontraba en el suelo.
Al ser un completo recién salido, sus reflejos no han despertado del todo y sin mucha resistencia de su parte, cae cual trapo al suelo golpeándose un poco en el proceso. Su buena suerte se hizo lucir ya que las ramas fueron frenando su caída logrando salir del infortunio sin sufrir casi ningún daño.
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El riolu se levanta quedando sentado en el suelo mientras sacude un poco su cabeza para recuperarse un poco. Tras un par de sacudidas, se detiene para observar sus alrededores los cuales se encuentran llenos de árboles, ramas y varios otros arbustos por donde mire. Sin señal alguna de cualquier otro ser que pudiera estar cerca; sus instintos le dicen que aquella situación en la que se encontraba era un tanto extraña.
—¿N-no te d-dolió?
Una pequeña y delicada voz es la que llega a sus orejas provocando que se sacudan un poco en un acto de reflejo. De inmediato, gira su cabeza a la dirección en la que, cree él, provino aquella dulce voz, pero no logra encontrar al responsable.
—...
—¿E-estás b-bien?
—Eso creo.
—M-me alegro.
Ecuánime y sin desviar su mirada de un gran árbol con raíces sobresalientes de suelo, el cual ahora se encontraba seguro provenía la voz, logra ver cómo una pequeña figura se asoma por detrás.
Una pequeña pokémon cuya parte superior de su cabeza está completamente cubierta por lo que pareciese ser una gran hoja verde ocultando sus ojos por completo y dejando solo a la vista tanto su boca como la parte inferior de su cabeza. Sobre la misma le sobresalen dos protuberancias sólidas que se asemejan a pequeños cuernos anchos y alargados color rojo; uno arriba de su frente y el otro casi por detrás.
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—Ho-ola.
Mostrándose algo tímida saluda al riolu que no aparta su mirada de ella en ningún momento, acción que termina por ponerla nerviosa provocando que se vuelva a ocultar detrás del árbol.
Al dejar de verla después de que se escondiera, riolu regresa en sí mismo y apoya su pata en el suelo para levantarse. Tratando de llamar su atención y no asustarla de nuevo le regresa el saludo:
—Hola, soy Riolu. ¿Quién eres?
Asomándose una vez más de a poco, la pequeña lo ve un poco ya que enseguida baja su mirada mostrándose nerviosa y de forma tímida le responde con su tierna voz:
—S-soy R-Ralts.
Riolu solo se limita a ladear un poco su cabeza mientras que, de nuevo, la observa detenidamente. Ralts, nerviosa por su mirada fija en ella, intenta esconderse otra vez, pero logra resistir un poco debido a que a ella le comenzaron a llegar algunos sentimientos de duda provenientes de él.
—E-ee... —intentó hablar mientras escondía una parte de su pequeño cuerpo detrás del árbol.
—¿No hay nadie más aquí? —preguntó Riolu, observando los alrededores nuevamente.
—N-no sé... —respondió con voz baja tratando de soportar su timidez mientras que, al igual que él, observaba ligeramente los alrededores imitándolo—. Y-yo también a-acabo de salir del hu-uevo.
Tras escucharla, Riolu voltea hacia su dirección y se dispuso a acercarse a ella. Ralts se sobresalta y con movimientos un tanto torpes se oculta en el árbol desapareciendo por un momento de su vista.
Al llegar al árbol y rodearlo mientras salta un poco entre sus salientes raíces, logra ver los restos resquebrajados de lo que antes fue el cascarón de un huevo.
—¿Y tus padres? —preguntó Riolu, volteando a mirarla.
Ralts, por su parte, se encontraba hecha bolita mientras que su cuerpo temblaba ligeramente al intentar esconderse entre las raíces del árbol las cuales, al ser de ese lado más levantadas y abiertas, no hacían mucho favor en ocultarla.
Una vez cerca de ella, comienza a sentir un gran corazón proveniente de él con sentimientos de fuerza y determinación que emiten una cálida sensación de seguridad. Esa sensación fue calmándola gradualmente hasta tomar un poco más de confianza hacia él.
—N-no sé —respondió relajándose un poco e intentar levantarse de su sitio—. E-eres el único que he visto.
Riolu, de manera un tanto similar que Ralts, comenzó a sentir en las protuberancias de su cabeza una agradable aura amable y dulce emanando de ella que proyectaba una pequeña imagen suave otorgándole cierta calma y calidez.
—Tampoco veo a nadie —mencionó mientras nuevamente observa los alrededores en busca de alguien más.
Inundados en un mar de dudas, el silencio del momento es interrumpido por un sutil, pero notorio gruñido. Riolu, al voltear a verla, observa que se encuentra sujetando su abdomen con una cara roja por la vergüenza y ella, al percatarse de su mirada, se da media vuelta para encogerse sujetando sus mejillas y escondiendo su rostro entre sus pequeñas piernas.