La PokeOdisea

18. Capítulo 3 parte IV

—Me siento mucho mejor —demuestro lanzando dos puñetazos al aire.

—Bien —responde Eevee—. La verdad, mi intención no es el ir a su base para pelear.

Confundido tras lo que dijo me limité a seguir escuchando.

—Quiero recuperar a Parras sin tener que exponernos, pero hay que que estar preparados de todas formas.

—Es lógico pensar que habrán muchos pidgeys en el lugar —agregó Cubone.

Pensando en ello y recordandolo, era verdad que la situación podría ser muy complicada al ver los problemas que pasamos derrotando a esos tres pidgeys. Además de que al lugar que iríamos no habría un plan como el que llevamos a cabo.

«El... plan...» pensé recordando lo ocurrido.

—Tengo una duda —expresé tras recordar las piedras que noquearon a los pidgeys—. ¿Cómo fue que fueron lanzadas esas piedras?

Tras haberme escuchado pude notar a Eevee algo nerviosa al respecto, pero no se me ocurría nada sobre el por qué.

—Sobre eso…

—Yo los ayudé.

Dijo una nueva voz que salió de un árbol cercano aterrizando algo cerca a nosotros.

—Tú —dije al ver al recién llegado quien era el Pidgey que nos había traicionado.

—¡Espera! —dijo Eevee interponiéndose y dejando al Pidgey tras su espalda ya que al parecer pudo notar que tenía la intención de arremeter contra él—. Fue él quien nos ayudó a crear el plan contra los pidgeys.

—¿Qué? —cuestioné muy confundido.

—Después de que te trajera envenenado —comenzó a hablar Cubone por lo que volteé a verle—, en lo que te recuperabas llegó él disculpándose y ofreciéndose a ayudar a salvar a su amiga.

—Parecía verdaderamente arrepentido por lo que escuchamos su historia y aceptamos su ayuda. Inclusive Ralts estuvo de acuerdo.

—¿Ralts estuvo de acuerdo?

—Sí.

No podía ignorar el hecho de que Ralts lo haya aceptado ya que confío en ella plenamente, pero me es difícil la idea. Incluso el que me lo hayan ocultado.

—No te hablamos sobre ello ya que él creyó que no lo aceptarías por lo ocurrido.

—¡Me entregó a sus compañeros!

—T-te equivocas —enfrenta en respuesta saliendo de la espalda de Eevee—. Ellos lo hicieron parecer así pero nunca fue mi intención.

Aparté la mirada al recordar la escena pero comencé a sentir un aura emanar de él. El aura se sentía cálida y triste. No parecía...

—Mi intención siempre fue ayudar. Eso es lo que nuestro líder Pidgeot nos ha enseñado.

—Riolu —habla Eevee en tono suave colocándose al lado de Pidgey—. Creo que está diciendo la verdad. Yo sé de buena fe que Pidgeot es un buen líder, aunque no sepamos dónde se encuentre, pero el Guardián del Bosque me contaba sobre el cómo se ayudaban.

Tomando en cuenta que Eevee confía en el Guardián del Bosque no me quedaría ninguna duda para confiar en ella.

Cierro los ojos relajando mi cuerpo. Suelto un notable suspiro como si tratara de sacar el enojo y estrés convenciéndome a mí mismo de aceptar los juicios de Eevee y Ralts.

—Les creo —comento abriendo mis ojos para mirar a ambos —. Una parte de mí tampoco quería creer que nos traicionara.

Cuando conocí a Pidgey pude notar un aura agradable y en ningún momento sentí nada que me hiciera pensar lo contrario. Pero lo que pasó esa vez…