25. Capítulo 4 parte III

31 2 0
                                    

Una vez que llegamos a la cueva, de nuevo recosté a Ralts en su lecho mientras Eevee se dejaba caer cerca, frente a nosotros.
     —Entonces —comenzó a hablar—, ¿no sabes qué es lo que ocurrió?
     —No —respondí desanimado y un tanto enojado por el hecho de no saber nada al respecto mientras observo a Ralts durmiendo—. Lo único que sé es que es rodeada por un aura obscura. Y no es la primera vez —agrego mientras voy haciendo memoria.
     —¿Ya había pasado?
     —Sí. La noche anterior fue igual que la de hoy —respondí, para después continuar—, pero hubo una primera vez cuando la conocí por primera vez —recordé aún acariciando la cabeza de Ralts mientras dormía—. Pero esa vez no ocurrió nada como lo de estas noches.
     —Pero, ¿Qué es lo que ha ocurrido exactamente? —indaga Eevee intentando comprender un poco mejor la situación.
     —Cuando despierto por las noches, no encuentro a Ralts por ningún lado —comienzo a explicarle—, al buscarla por su aura es que me doy cuenta de esa extraña aura que la envuelve. No es su aura, al menos eso siento y creo.
     »Al acercarme a ella, una canción, suave y tranquila, se logra escuchar. Pareciera la voz de Ralts la que la canta pero, ella no pronuncia nada. Me doy cuenta de que se encuentra sonámbula, caminando muy despacio entre la penumbra, sin su típico miedo o nerviosismo.
     »La intento despertar pero no me responde, es entonces cuando la noche se vuelve más obscura. El cielo se cubre casi por completo con solo la luna visible. Las sombras comienzan a tomar formas, como las que llegaste a ver. Nos rodean y comienzan a acercarse, intentando jalar a ralts, pero por más que intente detenerlos, no hago más que retrasarlos.
     »La canción siempre está presente, nunca deja de escucharse. Después, las sombras y la obscuridad se nos lanzan encima. Es solo cuando Ralts se despierta que todo lo anterior desaparece por completo sin dejar ningún rastro de ello, pero entonces, la última vez que la desperté, le provocó fuertes dolores de cabeza que terminaron por desmayarla.
     Durmiendo plácidamente, sin mostrar ningún dolor o secuela de ello, Ralts, muestra una pequeña sonrisa en su rostro mientras la sigo acariciando recordando, de nuevo, todo eso, claramente preocupado y dolido.
     —Es por ello que ya no intento despertarla.
     Eevee, quien se encontraba en su mismo sitio con toda su atención en mí, se levanta y se acerca a nosotros colocando su pata sobre Ralts, al igual que yo.
     —Es muy raro, la verdad —comenta comenzando a acariciarla de la misma forma—, pero puedo ayudarte, ayudarlos. No sé qué sea o a qué se deba pero podemos empezar a protegerla de las sombras y sobre la marcha ir investigando sobre ello.
     Definitivamente, aquello me animó bastante. Saber que desde ahora podría apoyarme en Eevee, aún más después de ver de lo que es capaz frente a las sombras, me tranquiliza bastante.
     —Sí. Muchas gracias —acepté liberando bastante tensión, casi relajándome lo que me provocó un pequeño bostezo el cual cubrí con mi otra mano.
     —No tienes por qué —responde con su sonrisa—. Será mejor que durmamos un poco. Aunque no tarde mucho en amanecer —ofrece pero su rostro muestra alguna preocupación mientras observa a Ralts.
     —Descuida —intenté calmarla, adivinando sobre lo que pensaba—. Una vez que termina todo, se duerme y ya no vuelve a despertarse. Como la mañana anterior —señalé para que lo recordara.
     —De acuerdo —aceptó sin dificultad—. Entonces a dormir.
     Sin nada más, cada quien se acomodó en su lecho, y yo, me quedé al lado de Ralts de nuevo por si se llegara la oportunidad de que quiera ocurrir alguna otra sorpresa de más.
     «Solo espero que no empeore la situación.»

≈ ≈ ≈

—Sabes, no tengo muchas oportunidades para aparecer por aquí, así que, hay que saberlas aprovechar jejeje.
     Despertando de inmediato tras recordar el sueño, me levanté muy alterado y preocupado por Ralts, a quien enseguida busco pero, la encuentro dormida muy junto a mí.
     Intentando tranquilizarme suelto un suspiro liberador, pero no logro calmarme, despertar tras esos sueños es bastante peligroso.
     —Buenos días —saluda Eevee pasando frente a nosotros para dirigirse a con los niños y el hawlucha.
     —Buenos días~ —regreso el saludo con un pequeño bostezo mientras me estiro un poco—. ¿Alguna mejora del hawlucha? —pregunté aprovechando que se encontraba con él.
     —Sigue exactamente igual —respondió un tanto preocupada.
     —Ya deberían de enterrarlo —comentó Bellsprout, quien se había levantado primero que los demás.
     —No está muerto —señaló Eevee mostrándose un tanto enojada por el comentario.
     —Solo decía —respondió Bellsprout, y observo su actitud desinteresada.
     Sin que se tocara el tema de nuevo, Eevee se limitó a terminar las revisiones.
     —Mejor vamos a desayunar —propone dirigiéndose a la comida para acomodarla.
     Comencé a escuchar unos pequeños gemidos y a sentir que el cuerpo de Ralts comenzaba a moverse.
     —B-buenos awww… días —saludó Ralts entre bostezos al levantarse y quedar sentada tallándose un poco los ojos.
     Buenos días —la saludamos Eevee y yo.
     —Vaya. Aunque el desayuno te haya levantado parece que aún tienes bastante sueño —señaló Eevee con una pequeña risa.
     Ralts, un tanto apenada, escondió su rostro mirando al suelo mientras intentaba decir algo, pero terminó por balbucearlo en muy baja voz.
     —No te preocupes —dije colocando mi mano sobre su hombro—, pero en serio, si tienes mucho sueño mejor deberías dormir.
     —N-no tengo t-tanto sueño —respondió sin levantar su rostro.
     Sin estar convencido de ello, no podía obligarla a dormir, quizá el desayuno sea de ayuda para ella. Me levanté ofreciéndole mi mano para ayudarla a levantarse y así dirigirnos con los demás.

≈ ≈ ≈

El día transcurrió de manera normal salvo un pequeño detalle, se podía notar cierto cansancio en Ralts. De vez en cuando se la veía bostezando ligeramente, aunque se esforzaba por ocultarlo, inclusive había ocasiones en el que se quedaba dormida por muy poco tiempo pero, en ningún momento comentó algo al respecto. No parecía que le afectara pero no era normal.
     Estando en medio de mi entrenamiento, ya que había días en el que Ursaring solo traía la comida y se retiraba, no podía seguir ignorándola. Me acerqué a ella, quien se encontraba junto a Eevee, y ambas voltearon a verme.
     —Hola —saludé de manera casual—. ¿Puedo sentarme con ustedes?
     —Sí, sin problema —respondió Eevee.
     Enseguida me respondió, me senté junto a Ralts dejándola a mi izquierda, justo en medio de nosotros. Pude notar que ella se puso un tanto nerviosa.
     —¿De qué hablan? —pregunté intentando relajar el ambiente e incluirme en la plática.
     —No de mucho —contesta Eevee—, solo cosas de chicas —finalizó con una ligera sonrisa hacia Ralts.
     —Oh, bueno —comenté sin darle mucha importancia.
     Observando a Ralts, quien se encontraba bastante nerviosa, coloco mi mano izquierda en su cabeza para acariciarla un poco.
     —Y tú, Ralts. ¿Todo bien?
     Enseguida me dirigí a ella pude sentir un pequeño sobresalto.
     —S-sí —contestó mientras jugaba un poco con sus manos.
     —¿Cómo va tu entrenamiento? —pregunta Eevee mientras continúo acariciando a Ralts.
     —Bastante bien, creo yo —contesto recordando un poco los entrenamientos—. Quiero creer que voy mejorando.
     —¿Y cómo va Vulpix?
     —Creo que también. Como Ursaring solo se enfoca en esquivarlo solo a él, siento que lo estresa bastante —confieso mientras observo los rayos de luz de un cielo que comienza a ir tornándose en colores naranja poco a poco entre las copas de los árboles.
     —Mmm —expresa un poco mientras de igual manera voltea hacia el mismo sitio—. Sin duda debe ser parte del entrenamiento.
     —¿A qué te refieres? —cuestionó tratando de indagar si es que sabe algo sobre el entrenamiento mientras siento una pequeña presión en el costado izquierdo de mi pecho.
     —No conozco mucho a Ursaring, de hecho, se podría decir que casi los conocí a todos ustedes el mismo día —comienza a explicar mostrando una sonrisa para después regresar a una cara seria regresando a mirar al cielo—. Puedo decirte que es fuerte, muy fuerte; tienes que serlo en las montañas pero, con lo poco que he podido tratarla, e irla conociendo, también puedo decir que me da una sensación cálida.
     Pensando en sus palabras, es verdad que haciendo un poco de memoria, Ursaring siempre ha estado apoyándonos, de una u otra manera. Pero esa sensación 'cálida' que comenta, no la comprendo.
     —A veces me recuerda un poco a Ninetales, quien me cuidó con bastante cariño.
     —La madre de Vulpix —agrego pensando en lo que sería tener una madre.
     —Vaya. Parece que se durmió —comenta con una sonrisa cubierta por su pata.
     En ello volteo a mirar a Ralts quien se encuentra plácidamente dormida en el costado de pecho mientras sigo acariciando su cabeza.
     —Sí tenía sueño —expuse mientras acomodaba, muy despacio, a Ralts para que se recostara apoyando su cabeza en mis piernas.
     —Estoy segura que estará miy cómoda y feliz de poder dormir así —comentaba mientras sonreía y reía un tanto.
     —La he notado muy cansada durante estos días —expreso sin dejar de acariciar suavemente su cabeza.
     —Ten por seguro que unos cuantos sueños así, como la tienes, la revitalizarán muy pronto —dijo sin dejar de sonreír, observándonos—, es más, creo que no los molestaré —terminó, sin más, retirándose.
    Viendo como solo se marchaba, estaba agradecido de que dejara descansar a Ralts, incluso más aún que veía que se llevaba a los demás al interior de la cueva.

Extra:

—Qué agradable sujeto —la voz de Cyan se hizo sonar a un lado mío.
     Tras voltear un poco pude verlo ahí, sentado a mi lado, mirando en dirección a la cueva donde se habían metido Eevee y los demás.
     —Ahora no estoy para tus bromas —dictaminé sin voltear a verlo por completo y regresando mi mirada al frente.
     —Vamos, hombre. Conmigo no siempre son bromas —objetó con un inusual tono serio.
     —Ahora lo único que quiero es que Ralts descanse —establecí sin darle mucha importancia a su extraña manera de actuar; extraña fuera de su normal forma extraña de ser.
     —No te preocupes —insistió—. Hay ocasiones en las que también me gusta estar tranquilo, sereno. Incluso melancólico.
     Muy sorprendido de su pasiva forma de ser actual, no pude evitar voltear a verlo; quizá solo para ver de manera directa que, efectivamente, se encuentra… tranquilo.
     —Sabes, esto me recuerda que la tormenta viene después de la calma, no? -_-
     Eso no me agradó.

[1735]

La PokeOdiseaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora