DEMENS © (En proceso)

5. En el lugar equivocado

Liam.

Los fines de semana solían ser un respiro, servían para distraerse y eso era justo lo que necesitaba.

—¿Las luces? —preguntó Tanner.

—Listas —aseguré.

Tanner y yo sabíamos perfectamente cómo convertir Genève en Florida solo una noche, y aunque nos habíamos mudado, teníamos costumbres que no eran fáciles de borrar.

—Bien, yo tengo que desocupar mi casa e instalar el sonido, tú encárgate de llevar todo el alcohol que puedas —negó un poco con la cabeza y me observó, divertido—. Extrañaba esto, aquí no se ven fiestas como las que hacíamos en Florida.

—Lo que no se ve aquí son los estadounidenses —palmeé su hombro—. Hay que hacerlo bien, tiene que ser una locura.

Era improvisado. Se nos ocurrió mientras mirábamos fotos antiguas, no era la primera vez, pero no teníamos mucho tiempo y todo tenía que salir tal como lo habíamos planeado.

Nos ayudó bastante llevarnos bien con medio instituto, mucha gente había confirmado su asistencia.

—Lo será, será una puta locura —se quedó en silencio unos segundos y luego me preguntó—: ¿Llevarás a Naín o a Ashley? Desde ya te informo que no pienso detener una pelea de chicas.

—A ninguna de las dos —me encogí de hombros y lo señalé—. Tú las vas a invitar, pero no irán conmigo.

—Bueno, admito que apoyo la idea de que estés solo un tiempo, pero no entiendo, podría jurar que veo corazones en tus pupilas cada vez que miras a Naín.

—No seas idiota —encendí un cigarrillo y le di una larga calada mientras pensaba qué responder a eso—. Si, Naín está perfecta, no lo niego, pero eso de corazones en las pupilas es demasiado ridículo hasta para ti —solté el humo lentamente entre risas—. Te estás tomando muy en serio eso de hacer como si no me conocieras. ¿También crees que soy un príncipe de Disney o algo?

—Te conozco demasiado diría yo, pero sigo sin entender porque la ves desde lejos —se encogió de hombros—. A estas alturas pensé que ya te la habías follado y boom, adiós capricho.

Coloqué los ojos en blanco.

La miraba por apreciar su belleza femenina, era realmente hermosa. Más allá de su físico, ella me intrigaba demasiado... Pero decírselo a Tanner era como decirle que tenía la cura para el cáncer, no iba a creerlo.

—No tengo ningún capricho con ella —le aclaré—. Ella es... diferente, no me gustaría dañarla más de lo que está.

No era fácil descifrarla, pero yo conocía demasiado las sonrisas fingidas, era experto en ellas. Estar cerca y ser observador me sirvió para saber que esa familia vivía en una felicidad ficticia, con un padre de mierda y una vida muy jodida.

—Este tema se está volviendo muy profundo para mí gusto —hizo una mueca y se levantó—. Enviaré las invitaciones por mensaje, incluidas tus chicas, tranquilo.

—De acuerdo.

—Debo irme para organizar todo —se detuvo en la puerta y se volvió hacia mi con una sonrisa burlona—. Te veo en la noche, principito.

—¡No me jodas! —le grité.

Soltó una carcajada, cerró la puerta y ni así se dejaba de escuchar su risa por el pasillo.

»»⏳««

Ya me había duchado, vestido y perfumado. Tenía el lugar exacto para buscar las botellas de alcohol, el pedido estaba hecho al igual que el pago, solo tenía que ir por ellas.