29. La siguiente

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¿?

Silencio...

Si aprendes a usarlo a tu favor, nadie notará tu presencia hasta que tú lo decidas.

No era una persona paciente, pero es una cualidad que tuve que desarrollar y controlar desde que la vi. Cuando llegue la hora de mostrarme no habrá vuelta atrás, y eso solo pasará cuando ella esté donde tiene que estar.

Miré al rededor antes de subir las escaleras de la casa, sacar las llaves y entrar sin llamar mucho la atención. Quería estar solo.

Desabotoné un poco mi camisa al entrar en la habitación y me ubiqué en una de las mesas donde tenía toda la información sobre ella. Tomé la botella de vino que estaba a un lado y me serví una copa mientras admiraba cada una de las fotografías como de costumbre.

Me quedé observando una de las más recientes, estaba en el estacionamiento del instituto donde estudiaba, recostada en su auto con un cigarrillo en mano.

Tendría que dejar de fumar para estar en paz conmigo, pero tenía mucho que aprender, pero ya me encargaría de ello.

Naín era una de esas chicas que te cautivaban al instante, su mirada te envolvía de tal forma que nunca lograrías olvidar que te cruzaste con ella alguna vez. Era imponente, poseía esa aura fría que te hacía saber lo difícil que sería acercarse.

La primera vez que la vi no pude evitar admirar todo de su ser, me quedé en ese lugar observándola hasta que se marchó. Su nombre, su voz, su hermosa figura, su sonrisa e incluso los pequeños detalles como las marcas que tenía en sus nudillos, quedaron grabados en mi mente.

No fue difícil dar con ella, su familia era bastante reconocida. Lo único que complicaba un poco las cosas era la cercanía que tenía con cierto chico.

Pretendía ser un igual, pero no sabía a quién se enfrentaba. Estaba en desventaja ante mi.

La inteligencia es algo que va primero en todo, estudiar a tu oponente es primordial si quieres ganar un juego. Liam no podía igualarme, pero era un jugador al cual no podía subestimar; este juego inició hace mucho y para mi mala suerte, ambos queríamos lo mismo.

Solo que yo no estaba dispuesto a perder, y haría lo que fuera necesario para sacarlo del camino.

—Pensé que ya no vendrías —me giré hacía la puerta al escuchar la voz de mi hermano—. Es tarde.

—¿Qué te sucedió en la cara? —indagué al ver su estado mientras le daba un sorbo al vino.

—Nada importante.

Lo detallé por varios segundos y volví a enfocarme en las fotografías.

—¿Donde está?

—En su habitación —se acercó y se sentó al otro lado de la mesa—. ¿Pensaste lo que te dije en la mañana?

—Sabes perfectamente que no cambiaré de opinión —respondí sin mirarlo.

Sus labios formaron una linea y desvió la mirada.

—Me iré antes de que empieces con todo esto —me informó—. Solo quiero que me dejes...

—No vas a llevártela —lo interrumpí—. No puedes con eso y lo sabes.

—Déjame intentarlo, si no lo logro te daré la razón y harás lo que quieras con ella.

—Deja de insistir con eso —ordené con firmeza—. Dije que no. Se harán las cosas tal cual como se había dicho antes, sin reproches y sin llevarme la contraría, ¿De acuerdo?

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⏰ Última actualización: Apr 28 ⏰

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