27. Cuidado

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Maratón 3/3

Capítulo largooo, quería que supieran bien todo así que... a leer.

Los sucesos relatados al principio, inician dos días antes del capitulo anterior. Luego retomamos dónde quedamos.

Liam.

—No creo que sea una buena idea, mamá.

Mi madre estaba en mi habitación con una tranquilidad impropia de ella luego de proponerme organizar una cena en casa para incluir oficialmente a mi novia en la familia. Lo que me pareció realmente extraño, porque en mi familia ese tipo de cosas se consideraban innecesarias.

—¿Por qué? —frunció el ceño—. Solo quiero conocerla mejor, ella realmente te está haciendo bien, no veo el problema.

Si, me hacía muy bien aunque fuera malcriada, manipuladora y provocadora a niveles extremos.

—Sabes que papá no estará de acuerdo con eso.

—Yo me encargo, no te preocupes por eso —afirmó—. Luego te doy fecha, será genial hacer algo distinto después de tanto.

—Si...

—De acuerdo —acaricio mi mejilla con ternura—. Cuídala, hijo, es la primera vez que te veo enamorado de una chica. Vale la pena darle una oportunidad.

—No estoy enamorado de ella, mamá —hice una mueca.

Lo de nosotros era de todo, menos enamoramiento, estaba seguro de eso.

—Ajá —se dio la vuelta. Una pequeña sonrisa se dibujó en su boca—. Tengo que irme, pequeño pinocho.

Rodé los ojos.

—Ve con cuidado.

Asintió, se alisó el vestido con las manos y desapareció por la puerta dejando solo el sonido de sus tacones chocando contra el suelo mientras salia de la casa.

Mi madre era la mujer más terca que existía, no quería sentirse controlada o sobre protegida, así que no permitió que papá colocara ningún chófer a su cuidado, pero no pudo impedir que los escoltas se pegaran a ella como un chicle. Habíamos pagado para poder revisar todas las cámaras de seguridad que pudieron haber captado la matricula del auto que siguió a mamá, pero no conseguimos nada. No había matricula, no había vista hacia el interior y me desesperaba no saber quién era ese pedazo de mierda.

Dejé de pensar en eso por un momento y entré a la ducha, me quedé bajo el agua un rato hasta que tocaron mi puerta.

—Liam, ¿Estás ahí? —la voz de Hazel comenzaba a molestarme.

—¿Qué quieres? -—enrosqué una toalla en mi cintura y salí de la ducha.

—Tanner está abajo —me informó.

—Pues dile que suba, Hazel —le ordené mientras me vestía—. ¿Para eso interrumpes mi baño?

—Lo siento, no sabía si querías visitas.

O usaste una excusa para poder subir a verme, otra vez.

—Solo dile que suba, Hazel.

—De acuerdo.

Terminé de vestirme y Tanner no tardó en llegar.

—Liam, ¿te follaste a esa chica alguna vez? —me preguntó en cuanto entró. Señaló la puerta.

—¿A Hazel? —lo observé, divertido. Asintió—. Por supuesto que no.

—No sé por qué carajos tenía que preguntarte si podía dejarme subir —se burló—. Mierda, puedo jurar que salió temblando de aquí.

DEMENS © (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora