DEMENS © (En proceso)

28. ¿Te conozco?

Naín.

Venus y yo nos quedamos dormidas, habíamos llegado cuarenta minutos tarde a la primera clase con una obvia resaca marcada en nuestros rostros y cansadas por correr al rededor del campus después de burlar al guardia de seguridad.

Vaya forma de comenzar el día.

Pero todo transcurrió con normalidad. Salimos de nuestra última clase, ya mi cabeza había dejado de doler por el exceso de alcohol y la falta de agua, y nos quedamos frente a nuestros casilleros esperando a Tanner.

Si, solo a él, ya que Liam no me había llamado todavía y ni siquiera había asistido a clases. Pasé todo el día de mal humor por su culpa. ¿No podía enviar un jodido mensaje? Al menos quería saber si estaba bien.

—Oye, tranquila —la voz de Tanner me devolvió a la realidad. Estaba a mi lado, observándome con diversión—. Nadie va a robarte el collar, cuñada.

Solté el collar que Liam me obsequió al darme cuenta de que lo había tomado entre mis dedos mientras estaba perdida en mis propios pensamientos.

Me aclaré la garganta, algo apenada, antes de volverme hacia ellos y responder:

—Yo... tengo que irme, luego los veo.

—¿A dónde vas? —me preguntó Venus, preocupada.

—Tengo que...

—Hey, V —me interrumpió Miles, quien iba pasando a nuestro lado. Me enfoqué en él y abrí mis ojos por la impresión al ver el estado en el que estaba.

—Miles... hola —Venus arrugó las cejas al verlo—. ¿Estás bien?

A comparación de nosotras, Tanner no se inmutó ante su rostro claramente herido.

—Por supuesto, solo son pequeños golpes, no te preocupes —se limitó a responder, antes de seguir caminando como si nada.

Miles estaba horriblemente golpeado. Su cara tierna estaba convertida en bultos y moretones por todos lados. Y no me saludó, no me detalló ni por equivocación, fue muy extraño.

—Podría jurar que él había posteado algunas fotos con nosotras —comentó Venus, mientras miraba su celular con el ceño fruncido—. Pero ya no están. Ni una foto.

Volteó su celular para mostrarme el perfil de Miles, y en definitiva había borrado hasta las historias de Instagram que grabamos juntos en la fiesta.

Claro que pudo haberse buscado un problema luego de que nosotras nos fuimos, pero había una pequeña posibilidad de que...

—¿Por qué siento que Liam tiene algo que ver con el hecho de que Miles parezca un pez globo? —escruté a Tanner con la mirada.

Se encogió de hombros e hizo una mueca con la boca en respuesta. Venus se cruzó de brazos y lo miró con una ceja enarcada.

—¿Liam le hizo eso? —le preguntó mi amiga, ahora enojada.

—No lo sé —respondió con hastio—. Que sea su amigo no significa que esté todo el tiempo cuidando que no se mate a golpes con alguien.

—¡Tanner! —Venus se disculpó conmigo con la mirada

—Tranquila, V —la tranquilicé antes de clavar mi mirada en Tanner y soltar con su mismo tono—: Hoy mismo voy a enterarme de que mierda es lo que se traen ustedes dos.

Cerré mi casillero con fuerza y salí del instituto ardiendo en rabia.

Había esperado demasiado, y ya no tenía paciencia para seguir esperando a que Liam se dignara a hablar conmigo. Estaba enojada y eso no le favorecía en nada, ya que él era el culpable de todas mis alteraciones en ese momento.