Naín.
—¿Lo llamaste? —preguntó Nía mientras se ajustaba la corbata de su uniforme.
—No.
Si quería hacerlo, pero mi orgullo era más grande que lo que sea que hubiera entre él y yo.
—Lo vas a perder si sigues así.
—¿Y qué me importa? —tiré el cigarrillo que estaba fumando y me acerqué a ella—. No necesito a ningún hombre al lado para poder vivir, conmigo me basta.
No la dejé responder porque salí de la habitación dando un portazo. Me fui directo a la cocina y tome un durazno.
—¿Tienes hambre?
Di un respingo al escuchar la voz de mi madre, ni siquiera había notado que estaba allí.
—Me asustaste —le dije con una mano en pecho.
—Me di cuenta —respondió, seria—. Te quiero temprano en casa hoy.
—¿Por? —enarqué una ceja.
—Hoy es el desfile para presentar mi nueva colección y quiero a mis dos hijas en la pasarela.
—¡¿Qué?! —pregunté tratando de no ahogarme con el durazno.
—Lo oíste bien.
—¿Me viste cara de modelito?
—Las dos tienen el porte necesario y la prensa las ama. Además quiero que ambas empiecen a involucrarse en los negocios familiares.
—No me jodas mamá, ¿En serio? —la miré horrorizada.
—Cuida tú vocabulario —me señaló antes de relajar de nuevo su expresión—. Y si, estoy hablando en serio.
«Vida, ¿Qué te hice para que me castigues de semejante manera?»
—Odio estar rodeada de personas, eso lo sabes.
—Eres una Dorciére —me recordó. Solté un suspiro lleno de frustración—. A donde sea que vayas estarás rodeada de personas.
Estaba acostumbrada a que algunos periodistas se acercaran a hacerme preguntas sobre mis padres, pero presentarme en ese desfile implicaba adentrarme en un mundo donde iba a tener más cámaras encima que vida social.
—¿Tengo opción? —pregunté casi rogando.
—No, hija, no la tienes —fue mi padre el que me respondió, había entrado acompañado de Nía—. Las dos apoyarán a su madre como lo merece y les agradezco no dejar en ridículo a la familia.
Tiré el durazno a la basura. Ya estaba asqueada hasta de respirar.
—Pudieron habernos preguntado primero —se quejó Nía—. No pueden solo disponer de nosotras y ya.
—Debemos irnos —mamá tomó su teléfono y sus lentes de sol—. Las veo en la noche.
Nos dio un beso en la frente y tuve que contenerme para no apartarme.
—Pórtense bien —papá alterno la vista entre las dos—. ¿No van tarde a sus clases?
—Siempre llegamos temprano —contestó Nía.
Yo por mi parte le dí la ignorada del día y agradecí cuando mis queridos padres salieron de la casa.
—Esto tiene que ser una broma —Nía estaba furiosa y se notaba—. ¿Cómo nos avisan el mismo día? Eso debe ensayarse y yo... Haré el ridículo, lo sé.
—No harás el ridículo, enana —desordené su cabello—. Lo harás genial, no es como si nunca hubieras pisado una pasarela.
Nía había estado en diferentes concursos de modelaje desde niña, yo solo estuve en uno y le supliqué a mamá que me sacara, pero Nía se quedó unos años más y siempre fue bastante buena en eso.
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DEMENS © (En proceso)
Mystery / ThrillerFecha de publicación: 17/10/2021 Todos los derechos reservados por la autora❗ No permito ningún tipo de copia ni siquiera la más mínima, tengan creatividad propia.