Naín.
—No puedo creer que siempre dejes todo a última hora —me regañó Venus—. ¡Tuviste dos semanas para buscar un disfraz!
Rodé los ojos y volví a enfocarme en mi celular. Para mí sorpresa, el mensaje que acaba de llegar decía exactamente lo mismo.
Ferrer: Tenías dos putas semanas para buscar un disfraz y decides hacerlo unas horas antes de salir.
Bloqueé el celular y me volví hacia Venus.
—No quería salir de la casa, buscar un disfraz implica estrés, y no quería estar estresada.
—¿Y no estás estresada ahora?
—Por supuesto, pero decidí ser feliz dos semanas.
Sacudió la cabeza en desaprobación y engancho su brazo con el mío mientras entrabamos a una de las tiendas.
—¿Ya tienes tu disfraz? —le pregunté mientras caminábamos.
—Mmju —asintió—. Seré una pirata muy sexy, y puede que haya obligado a Tanner a ser un pirata también.
Solté una pequeña risa.
Si, ella tenía un gran poder de convencimiento y dudo que Tanner pudiera salir victorioso de eso.
—¿Por qué piratas? —indagué luego de dejar un disfraz de hada tirado en dónde lo encontré.
—No lo sé, me pareció lindo —se encogió de hombros—. Es el primer Halloween que no nos disfrazamos juntas, supongo que quería hacerlo con él.
Solté aire por la nariz y me giré hacia ella.
Siempre nos disfrazabamos a juego. Desde que nos conocimos habíamos sido el ángel y el demonio, las dos brujas, las Bratz... Hacíamos todo juntas, pero era diferente esta vez, ahora estábamos con los chicos y pasábamos más tiempo con ellos.
Sí, la extrañaba, necesitaba a mi mejor amiga.
—Ya no somos niñas, V —le dije y asintió—. Pero eso no significa que no podemos disfrazarnos juntas, estás a tiempo de dejar el disfraz de pirata y conseguir uno conmigo.
—No lo creo, amiga —se rió por lo bajo—. Me costó mucho convencer a Tanner, me matará si lo dejo solo con esos pantalones.
Solté una carcajada sin poder evitarlo.
—Mierda, pobre Tanner —me burlé.
—Cierra la boca y busca tu disfraz —me empujó afuera de la tienda.
Visitamos casi todas las tiendas del centro comercial y no me gustó ningún maldito disfraz. O eran muy coloridos o parecían un traje de stripper en vez de disfraz.
Maldición.
—Ya vámonos —le rogué a Venus—. Le abriré dos agujeros a una sábana y ya está.
—¡No!
—Sí.
—Solo faltan algunas tiendas, puede que te guste algo de allí —me dijo en un puchero—. ¿Por favor?
Sacudí la cabeza.
—No pienso salir desnuda a la calle, ¿ya viste esos disfraces? —pregunté, atónita—. Ya conseguiré algo.
—Naín, ya son las tres, los chicos pasarán por nosotras a las nueve —me recordó.
—Lo sé.
Me observó unos segundos, como si eso me hiciera cambiar de opinión y luego soltó una gran bocanada de aire.
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DEMENS © (En proceso)
Gizem / GerilimFecha de publicación: 17/10/2021 Todos los derechos reservados por la autora❗ No permito ningún tipo de copia ni siquiera la más mínima, tengan creatividad propia.