15. Al acecho

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Naín.

Mi cuerpo se congeló, no podía respirar y cada cosa se veía distante. Mis ojos solo lo enfocaban a él, no estaba soñando, era real. Sean estaba parado frente a mí.

—Estás hermosa, Naín —me detalló de arriba a abajo—. Más hermosa que la última vez que te vi.

Estaba tensa y justo cuando iba a hablar, Venus se adelantó.

—¿Qué haces aquí, Sean? —le preguntó, seria.

—Estoy estudiando, al igual que ustedes —respondió él sin quitarme la vista de encima.

—Si mal no recuerdo dijiste que no querías volver a Genève —le reprochó Venus.

—Pues cambié de opinión —se encogió de hombros sin borrar su sonrisa.

—¿Qué es lo que quieres? —pregunté en voz baja—. Porque honestamente no pensaba verte la cara en mucho tiempo.

—Calma... solo estoy aquí para terminar mis estudios.

—¿No podías terminar tus estudios al otro lado del mundo? —soltó Venus.

La situación me estaba incomodando demasiado.

—Es una ciudad libre, puedo estudiar aquí o donde sea —dió un paso hacia mí y por inercia me alejé—. ¿Y tú no me extrañaste ni un poco?

—No te acerques a mi, Sean —mi voz luchaba por sonar en calma, pero era casi imposible—. Ya que volviste, te agradezco que mantengas la distancia.

—Por favor, muñeca ¿Distancia? —soltó una risa baja—. La lejanía no nos sienta bien, lo sabes.

«Si vuelve a decirme muñeca, voy a vomitar en medio del pasillo»

—Déjate de estupideces, Sean —espeté—. Es mejor que...

Corté mis palabras al sentir un brazo por encima de mi hombro. Liam subió mi rostro, me dió un beso corto y pasó a observar a Sean con su típica mirada altiva.

—¿Se te perdió algo? —le preguntó.

—Pregúntale a Naín —le respondió Sean antes de dedicarme una última mirada.

Esperé que saliera de mi vista para alejarme de Liam lo más que pude. No quería preguntas, ni mucho menos verlo, seguía enojada.

—¿Quién es él? —indagó apenas me separé.

—Ahora no quiero hablar contigo —traté de rodearlo, pero no me dejó avanzar.

—¿Quién es? —insistió.

Volteé a ver a Venus y me dió un pequeño asentimiento dándome ánimos. Yo solo quería que me sacara de allí, pero solo le susurró algo a Tanner y ambos se fueron quién sabe a dónde.

«Gracias, amiga»

—Es mi ex, Liam —respondí.

—¿Y qué se supone que hacía tan cerca de ti?

—¿Ahora nadie puede estar cerca de mí? —pregunté, enojada.

—¿Lo quieres cerca? —seguía lanzando preguntas. Rodé los ojos con frustración—. Claro, la lejanía no les sienta bien a ustedes.

—Déjame en paz —intenté irme pero se atravesó de nuevo.

—Si tanto quieres irte, entonces dime, ¿Qué pasa con ese chico, Naín?

«Dios, ayúdame con paciencia extra hoy»

Me estaba exigiendo respuestas después de que él mismo se negara a darmelas. No iba a decir nada, no quería que supiera nada de lo que había pasado entre Sean y yo, y no pensaba dejarme intimidar por él.

DEMENS © (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora