Las luces se apagan. Así es cada noche a las 7 de la tarde. A veces las encienden más temprano, a veces más tarde. No quieren que sepan en que día están los ahora prisioneros. Pero tienen el error de apagarlas siempre a la misma hora. Nora ha descubierto esto al escuchar como hacen el cambio de guardia los soldados.
La comida es poca. Todos se ven débiles, todos se miran cuando los dejan salir de vez en cuando a tomar un poco de sol que se asoma por un traga luz con grandes barrotes. Nora ve a lo lejos a Charles, esta esposado como todos aquí para no mostrar ningún don, pero él tiene más restricciones ya que lo tienen esposado a dos soldados Cuervos. Nora no puede dejar de ver a Charles, espera en algún momento alguna orden de él para hacer algo, lo que fuera para librar a todos del pronto juicio, pero no nota ningún cambio, su mirada sigue caída, sus ojos siempre apuntan al suelo. Ni siquiera se inmuta cuando los prisioneros le gritan cosas. Todos están furiosos con él, piensan que si hubiera sido un buen líder, no habrían logrado derrocarlos. Nora no piensa así, ella aun no se rinde.
Un ruido en la puerta, otro par de guardias salen con alguien de los brazos, al parecer el hombre no puede caminar por si solo, el hombre está débil, Nora lo nota mas y tiene moretones y golpes en la cara. Mientras van arrastrándolo por el patio al otro lado para llegar al siguiente corredor, Charles mira hacia un lado para poder ver que arrastran los soldados, cuando el rostro de Charles cambia drásticamente a sorpresa y grita un nombre -¡Tomas! - al hacer esto uno de sus guardias esposados lo golpea y lo hace caer. El hombre reacciona a esto y puede notarse que le dice algo, algo que Nora no alcanza a escuchar. Charles se levanta y unas lagrimas se hacen notar de su rostro -Ya no quiero estar fuera, por favor regrésenme a mi celda - pide él y los soldados hacen caso a lo que dice.
¿Quién es él? Piensa Nora.
Los días transcurren y Nora no ha vuelto a ver a Charles, al parecer no quiere salir de su celda, pero eso no importa porque los soldados lo sacan de nuevo con él, casi a rastras -¡les dije que no quiero estar aquí! - grita pero no le hacen caso.
-Son las reglas aquí, todos deben tomar un tiempo fuera de su celda - le contesta un soldado.
Charles se resiste y se queda sentado en el piso, haciendo que sus brazos queden al aire sostenidos por las esposas de los soldados. Una posición cansada para la hora que falta, pero parece no importarle.
El tiempo ahí se siente una eternidad, Nora pasa sus horas en la celda viendo las paredes, el techo, lo que sea que la distraiga para no dormir. No quiere volver a sus sueños. Solo puede ver las torturas que vio mientras estaba en el laboratorio. Mira aquellas rosas blancas que se tornaron rojas con la sangre de su madre. Tenía que hacer justicia por su familia. Tenía que salir de ahí.
-Halmes te matare- susurra sentada en el piso mientras mira sus esposas.
Uno, dos meses. Los días pasan y nadie de los encerrados puede saber con exactitud cuánto ha pasado. Ni siquiera Nora ha podido mantener la cuenta.
-El patio de nuevo - piensa Nora -todo igual que siempre - pero ahora, por el traga luz se veían unas siluetas hablando, una voz se le hace familiar. Nora se levanta de su lugar de siempre para ver quienes están por encima de ellos.
-Tengan todos los autos listos para la salida - ordena alguien.
Mientras Nora sigue viendo, alguien grita -¡Asesinos! - es uno de los prisioneros. El hombre que está por encima escucha esto y se acerca al traga luz para ver mejor, pero Nora puede ver su rostro mejor -es el - susurra Nora -Halmes -
-¡Asesino! - vuelve a gritar el prisionero.
-Creo que estas confundido - responde el.
-¡¿Creen que no sabemos lo que le han hecho a nuestras familias?! Nadie sabe de ellas, nadie sabe donde están. No tenemos llamadas ni visitas ¡Ustedes las mataron! - responde el prisionero.
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Entre Plumas Blancas
Science FictionApenas logró sentir mi cuerpo, abro mis ojos con mucho esfuerzo. Miro alrededor, veo una aguja en mi brazo y me temo lo peor. -¿Donde esta Blaide? - susurro. -Tranquila - dice alguien pero no logró reconocerlo, pone su mano sobre la mía -fue una pes...