Mystic Messenger El juego perdido

Capítulo 3: Tormenta

Por fin llegó el tan esperado día... ¡Dejaría de tomar clases con el Pastor y podría entrar a la escuela! ¡Será la primera vez que iré al mismo colegio que Mina! Ella va unos años más adelantada que yo... Pero espero estar a su altura.

En cuanto estuvimos listas, papá nos llevó, como siempre, no hacía conversación en el camino. Nos despidió con desgana y bajamos del carro.

Mina: ¿Emocionada?

_____________: Cualquier lugar es mejor que casa...

Mina: Oh vamos, ¡te la pasarás genial! ¡Ya verás que conocerás a personas maravillosas!

_____________: Honestamente eso espero...

Me dirigí hacia mi grupo y al entrar pude ver caras conocidas... Ahí habían chicos que siempre me molestaban al salir de la iglesia...

La clase se trataba de presentarnos, era mi turno, así que me dirigí hacia la pizarra como lo indicó la profesora.

_____________: Hola... Mis padres me pusieron Serena... Tengo 7 años... Leo la biblia y me gusta pintar...

Profesora: ¡Eso es genial Serena! ¿Algo más que quieras agregar?

Las miradas de todos estaban sobre mí, sentía que quería morirme.

_____________: N-no... E-eso sería t-todo...

Profesora: Gracias por compartir con nosotros, toma asiento.

Me dirigí hacia mi lugar y pude escuchar susurros de los demás.

???: No le hables a ella. Ella... tiene al demonio dentro.

A partir de ese día nadie quería ser mi amigo, todos los chicos de la iglesia hablaron pestes de mí con los demás... Me volví cada vez más solitaria por el esfuerzo de ser amada y preocuparme por la mirada de los demás.

Yo quería jugar con los demás niños como alguien normal, pero ellos no querían. Si ellos no quieren, yo debo entenderlos...

No quería que el Pastor me visitara, no quería ir al colegio. Solo soy una niña que quiere ser amada cálidamente por alguien, quiero ser aceptada...

*Años más tarde*

Mamá: Tus calificaciones son cada día más bajas. 

_____________: ¿Ah sí?

Seguía dibujando en mi libreta.

Mamá: ¡Deja de ser tan insolente! ¡TE ESTOY HABLANDO SERENA! ¡Al menos puedes voltear a verme!

_____________: Sí... ¿Qué quieres que haga? Leer la biblia me quita mucho tiempo para estudiar.

Mamá: ¡Si en verdad quisieras entregarle tu vida a Dios ya habrías aceptado estudiar en la iglesia!

¿Para ir con el asqueroso del Pastor? No gracias.

_____________: Prefiero seguir en donde estoy.

Mamá: ¡Mira niña! ¡Te advierto que si no noto un verdadero cambio terminaré por sacarte de la preparatoria!

Realmente mis calificaciones no son tan malas, si fuese así ya habría perdido mi beca, pero mamá siempre busca la excelencia... 

_____________: Sí mamá...

Mamá: ¡Tienes 15 años! ¡De verdad no puede ser posible que sigas así!

Seguía hablando como siempre... Ya había aprendido a ponerle silencio a su voz.

_____________: Si, ¿ya puedo irme? Se me hace tarde...