Capítulo 12: Las horas bajas

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Gracias por llegar aquí. Quiero dedicar unas breves palabra antes de seguir.
En este capítulo quiero que te reconcilies con Luca y le perdones por las locuras que se me pasan por la cabeza. No es un mal hombre. Yo lo amo. Pero para que una historia sea épica los personajes deben sufrir.
Y los míos no serán menos. Además, os avisé que este es un amor diferente.
Idoia G.

Luca

Son las 7 y cuarto de la tarde y a las 8 mi diosa va a estar entre mis brazos. Vamos a pasar una noche perfecta.

Acabo de salir de la ducha y me envuelvo una toalla en la cintura. Suena el timbre de casa. Voy a abrir, seguro que mi diosa llega antes de tiempo. Mejor, porque no me aguanto las ganas. ¡Joder! Ya se ha puesto dura de solo pensarlo. No puedo ni pensar en ella. Que tortura.

Con una sonrisa en la boca abro la puerta.

— Te estaba esper... ¿Laura?

Laura me mira de arriba a abajo, parece que no es mi diosa. Pero, ¿Qué hace ella aquí? ¿Cómo es que tiene mi dirección?

— Ya veo que me esperabas — me mira con lascivia. Mierda, tengo que echarla de aquí como sea.

— Oh, no. No te esperaba a ti. Créeme eres la última persona a la que espero ver. Y si no te importa, lárgate.

La agarro del brazo para girarla pero me da un manotazo, me empuja, agarra mi toalla y la tira al suelo. ¿Qué cojones? Me echó hacia atrás y de repente ella se arrodilla y mete mi polla en su boca. Sin avisar, sin que yo me dé cuenta.

¿Qué coño es esto? Pero mi polla que ya estaba medio erecta responde. Claro, es una polla y la muy estúpida se alegra bajo cualquier muestra de interés.

Mi cabeza cae hacia atrás con los ojos cerrados. ¡Mierda! Esto no puede ser, esta tía es una zorra y yo ahora estoy con Dana. Con mala hostia la agarro del pelo y tiro de ella para arriba. No quiero ni verle la cara.


— Eres una zorra Laura, ¡Lárgate de mí puta casa! ¡AHORA! —le digo en un susurro violento con los dientes apretados.

Pero Laura lejos de rendirse a pesar de que la hago daño cogiéndola así del pelo me empuja con todas sus fuerzas y viola mi boca metiendo la lengua hasta mi campanilla.

¡Hay que frenar esto! Mierda. La empujó con toda mi rabia, cae de culo. Cojo mi toalla y sin esperar a que se levante la sujeto de un brazo y la arrastro al rellano.

— No sé cómo sabes dónde vivo, no sé qué te has creído que soy. Pero ten clara una cosa. Como vuelvas a acercarte a mí a menos de 10 metros te juro que te denuncio. Eso si no lo hago por esto. ¡Nunca vuelvas ni siquiera a mirarme! ¡¿ME OYES?!

Cierro la puerta en sus narices y me meto a la ducha de nuevo. Esta zorra ha ensuciado mi cuerpo. Me siento sucio, me siento mal. Siento que he traicionado lo que empiezo a sentir por Dana. Siento una presión en el pecho que no me deja respirar con normalidad. Siento morir una parte de mí. Y no sé bien porqué, pero creo que esto no va a quedar así.

Laura siempre se jacta de decir que consigue todo lo que quiere. Pero yo seré su primera excepción. Ahora voy a prepararme para mi chica. Mi diosa pelirroja. Llegará en una media hora y quiero estar preparado para todo con ella.

Son las 10 de la noche y Dana no ha venido. Estoy bastante nervioso, la he llamado al menos 10 veces y me manda todo el rato al buzón de voz. No sé qué hacer ni cómo gestionar esto. Necesito escuchar su voz y saber que está bien. He llamado a Jorge para ver si me puede dar más datos sobre ella, pero me dice que sus datos están en la base de datos de la oficina y que tampoco tiene mucho, porque todos los papeles están en la gestoría y posiblemente hasta la firma del contrato que es el sábado no pueda mirar lo que me interesa.

Un amor diferente. (Serie Amor Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora