Capítulo 18: Conexión

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Luca

Hace una semana tuve una conversación con Dana en el parque del retiro durante una sesión de fotos. Le pedí perdón por haberla tratado como una mierda, pues no es justo. Por eso y por haber juzgado su manera de actuar. Uno de los grandes problemas que tenemos es que aún no nos hemos dado el tiempo de conocernos.

Somos explosivos sexualmente y ambos tenemos un carácter que nos hace desconfiados por naturaleza. He estado dándole muchas vueltas a la cabeza en estos días y tengo muy claro que necesito a Dana en mi vida. No me he acostado con ninguna chica desde que hablé con ella. No le encuentro el sentido al hecho de que tenga que pensar en ella para correrme, creo que es una forma de engañarme a mí mismo y por supuesto engañar a la chica en cuestión, aunque a mí eso me la pela mucho.

Ahora llegan las navidades y son época de fiestas y celebraciones. Mi familia se ha ido a Italia a pasarlas con mis abuelos y tíos. Yo prefiero no viajar, aunque he recapacitado y me he dado cuenta de que lo que sentí por Marcela no era ni una décima parte de lo que he llegado a sentir en una sola noche con Dana. Y que, con Dana, necesito descubrir hasta donde estoy dispuesto a llegar. Estoy en el local trabajando cuando se abre la puerta y entra David, el hermano de Dana acompañado del amigo/compañero de piso/lo que sea de Dana y que le gustan los tríos.

— Luca, ¿Cómo lo llevas tío? —David me tiende la mano y se la cojo— Este es Chris, un amigo de la familia, como un hermano para Dana.

¿Este sabrá lo que el cómo un hermano de Dana, hace con ella en sus ratos libres?


El chico me mira fijamente y sonríe de medio lado. Me tiende la mano.

— Hola soy Christopher, creo que nos hemos visto en un par de ocasiones con Dana ¿no? —¿no? ¿no?, será estúpido.

—Oye, ¿Luis no anda por aquí? —nos corta David— me llamó ayer y me dijo que me pasara para hablarme de un nuevo encargo —David habla muy a menudo con Luis, son un par de tíos raros. Pero me caen Bien.

—No, no está. Pero si quieres pasa a la oficina no debe tardar en llegar —me miro el reloj— o ven un poco más tarde.

—No es necesario, nos quedaremos por aquí tomando un café.

Ok. Vuelvo mi mirada a la pantalla donde estoy tratando las fotos de la sesión en el Retiro del otro día. Cada vez que las veo recuerdo a Dana, sus mejillas sonrosadas por el frío, sus lágrimas y las mías mezcladas al besarla. Ahora mismo estamos en un punto que no sabría decirte cuál es exactamente. Quiero pensar que ella también está pensando en mí o al menos en la posibilidad de que lleguemos a algo. Aceptaré lo que sea.

La puerta se abre y es Luis.

—¡¡Buenos días!! —echa una ojeada a la sala y ve a David, sonríe— David, colega. Pasa a mi despacho te enseñaré mi nuevo proyecto —se queda mirando al estúpido "amigo" de Dana— Y... ¿tú eres?

—Chris, un amigo de la familia y les ayudo con los encargos de vez en cuando —Luis asiente con la cabeza y entra al despacho con David.

Chris y yo nos miramos y yo vuelvo a lo mío, de reojo veo como el chaval da vueltas por la sala inspeccionándolo todo. De repente se sienta frente a mí y se me queda mirando. No me jodas. Qué mal rollo.

— Oye... ¿podemos hablar de... Dana? —Me quedo blanco, esto no me lo esperaba, el chaval es directo. Pero en realidad claro que quiero hablar de ella. Al fin y al cabo, él convive con ella y yo quiero acercarme a ella.

— Bien, tú dirás. Pero si vienes a juzgar alg...

— Tranquilo tío —me corta— yo no juzgo a nadie y menos a Dana. Verás soy su mejor amigo y casi como un hermano.

Un amor diferente. (Serie Amor Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora