Capítulo 19: Navidad

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Dana

Hoy es nochebuena y estamos en casa preparando la cena para esta noche. Estaremos en casa mis padres, mis hermanos, Chris y sus padres y ... Luca. Sí, has leído bien Luca. Su familia está fuera de España pasando las navidades e iba a cenar solo. Al principio le dio mucho reparo, pero al final le convencí. A mis padres les he dicho que es un amigo mío y David me apoyó, diciendo que ya le conocían, que era el fotógrafo de Luis. Mis padres están encantados con la idea, pues dicen que le conocieron hace unas semanas y que era un tío estupendo. Y así esta noche cenaremos juntos.

La casa de mis padres está decorada con el típico árbol de navidad natural con sus regalitos colocados en la base. Cómo si fuésemos una familia típica americana. Cuánto daño han hecho, las comedias americanas. En fin, que esta noche vendrá papá Noel a casa cargadito de regalos.

Estoy muy nerviosa. Me he duchado, me pongo unos vaqueros pitillo negros y una blusa vaporosa color rosa palo, me recojo el pelo en un moño y me maquillo muy ligeramente. Quiero estar cómoda, de todas formas, luego, no vamos a salir de aquí.

Suena la puerta y voy a abrir, es Chris con su familia. Trae un traje de chaqueta que le queda perfecto, parece un caballero de esos que te llevarían al fin del mundo. Sus padres traen un par de platos de comida típica de su país. Dos señores altos y rubios. Muy guapos los dos. ¿Cómo no va a ser guapo su hijo?

Pero con los padres de Chris, tenemos un problema, están convencidos de que su hijo y yo acabaremos juntos. Son muy pesados con eso. Yo aunque ya no les hago ni caso, espero que a Luca no le moleste mucho la situación. Me río, aunque sé que también Chris lo pasa mal con eso. Es una de las razones por las que quería irse de casa.

Estamos todos tomando algo y suena de nuevo el timbre. Debe ser Luca. Salgo corriendo a recibirlo.


— ¡Yo abrooo! — digo con una risa nerviosa.

Abro y ahí está mi hombre. Lleva un traje chaqueta color gris marengo brillante y una camisa blanca con un par de botones desabrochados. Lleva un abrigo negro enganchado al brazo. Me lanzo de un salto a sus brazos, que ganas de comérmelo tengo.

— ¡Joder Dana! No puedes abrirme así y luego querer que entre para estar con tu familia. ¿Quieres matarme?

Le sonrío, le agarro de la solapa de la chaqueta y le beso. Me agarra de la cintura, el abrigo se le cae al suelo. Me besa con desesperación, y yo a él como si se me fuese a ir de entre las manos. Le devoro, aunque por más que profundizo el beso no tengo suficiente. Nunca tengo suficiente. Me separo de él, tenemos que frenar esto o lo haremos en la puerta de casa. Jajaja.

— Vamos a entrar anda —recogemos su abrigo del suelo, le cojo la mano y le llevo hacia adentro.

Mis padres le reciben como a uno más. Yo le presento como un amigo. Y le sientan a mi lado, al otro lado tengo a Chris que nos mira con una sonrisa en la boca. Creo que Chris quiere repetir con nosotros. Pero no será esta noche. Al final se va a llevar bien con mi hombre y todo.

La cena transcurre de forma tranquila, nos gastamos bromas, mis padres y los de Chris hablan de todo, yo ya llevo unas copitas de vino de más y me levanto para ir a la cocina a por el postre. Llego a la cocina y estoy trasteando en la encimera cuando unos brazos me abrazan desde atrás y me regalan unos besos en el cuello.

El vello de todo el cuerpo se me eriza y sé que es Luca.

— Tengo ganas de estar contigo a solas Dana —me gira y me mira a la cara—. Eres tan jodidamente preciosa. No me cansaría de mirarte nunca.

— ¿Solo de mirarme? —le pico con una mirada maliciosa mientras coloco la mano en su entrepierna que está más que abultada ya.

— ¿Queréis dejar de hacer manitas? ¿Si tus padres entran que van a pensar? —nos dice Raúl, desde el marco de la puerta, mi hermano pequeño siempre tocando los cojones.

Un amor diferente. (Serie Amor Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora