Un amor diferente. (Serie Amor Libro I)

Capítulo 29: El abuelo Max

Luca

Ha llegado el día del 75 cumpleaños del abuelo Max. Estoy muy contento y de verdad me alegro de haber venido. Hace bastante frío, pero no va a llover y el sol está fuera, así que, podremos comer fuera. Anoche Dana y yo dormimos juntos. Después de cenar todos juntos Aless y ella se fueron a un cuarto y yo a otro. En principio no hablé con Dana de nada, pero en mitad de la noche ella vino a mi cuarto y se metió en la cama. Me abrazó y yo a ella y nos dormimos entre besos y caricias. He oído el despertador que se ha puesto para volver al cuarto con Aless sin ser descubierta. Casi la ato a cama para que no se fuese. Joder, ahora me acuerdo de lo que me hizo ayer, y se me acaba de izar la bandera.

Otra vez.

Me lavo y salgo a desayunar a la cocina. Están todos ya levantados.

— Buon compleanno nonno! —me acerco y le doy un beso fuerte y sonoro.

Él es poco besucón, así que pone mal gesto y todos se ríen. Hay un hueco en la mesa libre al lado de Dana, me acerco le doy un apretón a Aless en el hombro y me siento al lado de mi diosa. Cuando me siento aprieto con mi mano su muslo y ella me coge la mano y la aprieta también.

Desayunamos y todos se ponen a preparar las cosas para la comida. La decoración y todas esas cosas. Observo desde la ventana de la cocina como Dana está con mi madre y la nonna poniendo banderines en los árboles. Me he quedado embobado, de repente el abuelo Max aparece por detrás y doy un respingo.

— Es muy guapa —me mira de reojo y yo me pongo a partir ingredientes que es a lo que yo había venido a la cocina, pero no respondo—. Tu hermano Alessandro tiene mucha suerte. Además, se quieren mucho.

— Sí, es una suerte que se quieran tanto —ya me ha jodido los pensamientos positivos que yo estaba teniendo con mi diosa.

— Es una pena que no puedan acabar juntos.

Me giro y le miro frunciendo el ceño. ¿Qué acaba de decir?

— ¿Qué? ¿Por qué dices eso?

— Bueno en el corazón de uno no se manda. Y el corazón de esa chica no late por tu hermano ¿No es así? —me mira queriendo descifrar algo.

Mi abuelo siempre ha tenido un sexto sentido con las personas. Las cala enseguida. Chris me recuerda mucho a mi abuelo en eso. Es cómo un psiquiatra. Por eso creo que le he cogido tanto aprecio a Chris.

— Yo... eso no lo sé, abuelo. Eso es cosa de ellos.

— Claro, claro hijo. Tú no tienes porqué saberlo —se calla un momento y sigue mirándola—. Es una buena mujer y ya es parte de esta familia. No sé el motivo por el que ellos hacen esto, pero a mí y a la nonna no nos engañáis. Somos viejos y vemos más allá de lo que hay en este plano —hace un silencio y se acerca más a mí—. Quiero darte algo Luca.

Se mete la mano en el bolsillo y saca una pequeña caja de madera.

— Este es el anillo de compromiso de mi abuela. Mi abuelo me lo dio a mí. Y yo te lo doy a ti — ¿Me está dando el anillo de pedida de mi abuela? —. Sé que solo se lo pondrás en la mano a la mujer que entierre tus huesos bajo tierra y a la que entregues lo más valioso que tienes. A la mujer que te dé los hijos que te mereces y colme de felicidad tu mundo. Mi bisabuelo fue muy feliz con su esposa y tuvo cuatro hijos. Yo he sido muy feliz con tu nonna y aunque solo tuvimos un hijo lo amamos mucho. Este anillo se salta una generación y por eso algún día tú se lo darás a tu nieto, el mayor para que lo use con la persona que elija. Tú corazón ha elegido y está unido a la persona que debe. No la dejes escapar.

Se da la vuelta dejando la caja sobre la encimera y sale de la cocina. Yo me he quedado sin palabras.

Sigo mirando la ventana. Yo no soy de casarme y Dana tampoco. Me parecen cosas sin sentido. Hacer una gran boda es una soberana estupidez. No necesito demostrarle a nadie hasta donde amo a la mujer que tengo al lado. Tampoco necesito ponerlo sobre un papel.