Un amor diferente. (Serie Amor Libro I)

Capítulo 33: Mi refugio

Dana

Hace ya dos años que llegamos a Nueva York.

Dos años de mi violación, dos años de mi separación de Luca y dos años desde que me enteré que estaba embarazada. Cuando aquel hombre me violó por orden de mi hermana, Laura.

Cuando aquel hombre me violó, se llevó una parte de mí. Señal de aquella noche tengo una cicatriz que va de mi cuello a mi abdomen. Al principio no podía mirarme a un espejo ni dejaba que nadie me la viese. Sólo Chris la podía ver pues era quien me realizaba las curas. No podía salir a la calle sin tener miedo. El sexo, nada de nada, olvídate. Me daban ataques de pánico.

Te preguntarás ¿Por qué no denunciaste?

Imagínate lo siguiente: "Una mujer es violada y herida en un club de sexo"

¿qué pruebas de violación tienes si sales de un club de sexo de BDSM?

Además, en aquel momento estaba en shock. No quería que le pasase nada a mi bebé, ni mucho menos a Luca. En el hospital antes de irme con Chris vino Vladimir, el hombre que me violó con un enfermero y me dijo que sabía lo de mi embarazo y me tenían vigilada, si quería que no le pasar nada a mi hijo mantendría la boca cerrada. Chris me agarro fuerte la mano en señal de apoyo y hui. He intentado volver muchas veces, mandar todo a la mierda y buscar a Luca para decirle que estoy viva. Pero siempre he tenido la sensación de que me siguen vigilando. Y el miedo no se va.

Al cabo de un par de meses aceptando los mimos de aquellos que considero mi familia, acepté la oferta de trabajo de Vince en Nueva York para abrir una nueva galería. Ahora soy la directora de una de las galerías con más renombre de aquí. Vince lo intentó todo para acostarse conmigo, pero obvio que no lo consiguió.

Cuando se enteró que estaba embarazada pensó que era de Chris y que éramos pareja y dejó de intentarlo, aunque siempre que puede coquetea conmigo de forma sutil, o intenta acercarse.

Enterarme del embarazo fue un palo muy gordo y estuve incluso planteándome no tenerlo. Pero es lo único que puede recordarme lo feliz que fui al lado de su padre y mostrarle lo que se puede hacer con amor. Luca. Así se llama el amor de mi vida, el que rocé con la punta de mis dedos y perdí... y así se llama mi hijo. Un niño que es la viva imagen de su padre.

Al principio me hacía daño escuchar su nombre, pero cuando me pusieron al bebé encima nada más nacer, tan pelón, tan morenito, le llamé Luca sin querer y Chris a mi lado me dijo que así debía llamarse. Toda mi familia aceptó a pies juntillas. Los primeros meses, antes y después del parto lloraba desconsolada por las noches abrazada a Chris quien ha estado a mi lado cada segundo de cada día en todo este tiempo.

Hace tiempo que dejé de hacerlo, ya no lloro. Voy a terapia desde que estoy aquí, dos veces por semana, para superar todo lo que me pasó. Para superar a Laura, a Vladimir.

Álex viene a menudo de visita. Él sigue manteniendo una relación algo tóxica con Fiorella, ella quiere más y Álex... no. Se acuesta con quién quiere cuando quiere y cuando viene aquí, bueno cuando viene aquí, también se acuesta con quién quiere. Suele salir por ahí a clubs con Chris y acaba con cualquiera en cualquier hotel. Yo no le juzgo. Le adoro. Me apoyó muchísimo con todo lo del bebé, a pesar de que Luca es su hermano. Me apoyó... bueno, nos apoyó en todas las decisiones que tomamos.

A mi familia no les pude contar todo lo que pasó hasta ya dado a luz a Luca. Me costaba mucho hablar de esto. Me cerraba en banda y me negaba a que me ayudaran. Chris fue quien peor lo pasó. Pues vivía conmigo y ha visto todos esos momentos vulnerables que he tenido.

Les pedí desde el principio que mantuviesen la versión de que yo había muerto. Y en realidad no es mentira. Dana murió en aquel lugar. De allí salió una mujer distinta, a la que le ha costado mucho tiempo reponerse. Así que nadie le ha dicho nada de mí a Luca. Prefiero que él viva pensando que estoy muerta. A que sepa que estoy viva, quiera buscarme y se ponga a sí mismo en peligro. Si a él le pasara algo, yo...no sé qué sería de mí.