Capítulo 24

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Me levanto y estiro un poco los brazos que se encuentran entumecidos por estar en la misma posición tanto tiempo.

Observo a mi padre dormir, y después de organizarme un poco el cabello decido salir, no sin antes coger mi móvil el cual se estaba cargando.

Me fijo en la hora nada más llegar a la cafetería del hospital; son las seis de la mañana y le doy un breve saludo a una chica que conocí. Su hermana sufrió un accidente y estaba un poco mal.

Se llama Kate, aparenta estar entre los quince o dieciséis y es muy tímida. No hemos intercambiado muchas palabras porque, yo no hablo mucho y ella, como dije antes, es bastante tímida. Aunque cuando viene April, hablamos bastante entre nosotras.

Pido un café bien cargado y agacho mi cabeza hasta acomodarla en mis brazos encima de la mesa. Estoy cansada, llevo dos días durmiendo solamente tres horas y bastante incómoda.

Mi papá despertó y se siente mucho mejor. Dijeron que tenía que quedarse otro día más para prevenir cualquier cosa. Así que, aquí estoy; esperando con ansias que llegue mañana y llegar a mi habitación, porque, aunque odie mi casa (o, mejor dicho, la compañía) estoy loca por tirarme sobre mi cama y no salir de ahí en bastante tiempo.

Yanet ha venido estos dos días, pero nunca se queda y lo prefiero así. Cuando ella esta yo prefiero venir aquí, a la cafetería y escuchar música.

Y hago esto último porque Joshua todos los días me envía canciones y me pide escucharlas. No ha venido, pero se ha mantenido en contacto todo el tiempo. Y lo prefiero así.

Estoy consciente que lo traté un poco mal la última vez que nos vimos, pero no lo puedo evitar. Todas las emociones me sobrepasaron y me moleste con el que no ha hecho nada más que ayudarme.

Ahora escucho Down de Jason Walker, una canción que encontré navegando por el internet; una canción que me llega bastante, y siento como si fuera escrita para mí. Tonterías, lo sé.

Me traen el café y agradezco al chico.

Cuando me voy a levantar comienza sonar mi móvil y me fijo que es una llamada de Joshua.

La recojo enseguida.

—Buenos días, estrella— saluda con bastante emoción.

—Hola ¿ya vas para el instituto?

—Bueno, ¿tu estas ahí? —indaga y me siento un poco confundida.

—No.

—Ah, entonces no voy para el instituto.

—Sabes que no te entiendo ¿verdad?

—Okey, ahora lo vas a hacer, porque estoy viendo a una chica muy parecida a ti en una cafetería y hablando con alguien muy guapo por el teléfono.

Miro a mi alrededor y no lo veo, y cuando observo detrás de mí, está él. El pelirrojo con ojos verdes increíbles y sonrisa que hace que involuntariamente se me forme una a mí.

Camina en mi dirección y me fijo en su forma de caminar tan despreocupada, y su vestimenta: unos vaqueros oscuros junto con una sudadera también oscura, que le quedan espectacular.

Llega hacia mí y se inclina para darme un beso en la mejilla y se sienta justo al frente de mi con nuestras rodillas rozándose.

—Hola, tú — saluda de nuevo esbozando otra sonrisa.

—Hola, tú —sonrío mientras hablo—. ¿Qué haces aquí?

—¿Qué? ¿Me vas decir que no te alegra?

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora