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El ruido de una máquina pitar cerca de donde yo estoy me despierta. Abro con cuidado y lentamente mis ojos. Apenas soy capaz de mover mis párpados y acostumbrarme a la tenue luz que entra por la ventana.

Me doy cuenta que no es mi habitación en la que me encuentro, tampoco la de alguien más. No, es el cuarto de un hospital. El olor a medicamentos lo delata.

— auch.... — suelto un quejido al momento de recibir un dolor en mi torso — cierto... — recuerdo lo que me sucedió en aquella bodega abandonada.

Mi cuerpo está cansado, y mi abdomen  con vendas por debajo de la bata blanca.

Todavía estoy cansada y con sueño. No se cual sea la hora del día, pero una cosa es segura. Me volveré a dormir.

Ya en una posición más cómoda, me dispongo a retomar mi sueño. Aunque el escuchar una dulce voz femenina y la puerta siendo abierta, me da a entender que alguien me visita.

— seguramente esta ya despierta.

— no lo creo, ella duerme mucho — mi ceño se frunce al escuchar aquello. Eso no es verdad, o ¿si?

La puerta es abierta, y la luz del foco es prendida.

— apaguen la luz, diablos — llevo mi ante brazo a mis ojos, tapandolos de la molesta loz blanca.

— ¡naori! — grita aquella voz que conozco, seguido de un peso en mi cuerpo.

— ¡senju! — grita una joven de pelo rosa y largo.

— pequeña senju — los brazos de la menor me abrazan con un poco de fuerza. Seguido de unos sollozos — hey, esto bien.

Levanta la mirada y me ve. Sus grandes ojos me miran con lágrimas.

— cuando dijeron que estabas herida y aquí en el hospital, crei que te estabas muriendo. — ya más tranquila, pero con ojos rojos, se sienta en la orilla de la cama.

— pero no me sucedió nada — paso mis manos por su curto cabello, dándole ánimos en que sigo viva. Para después mirar a la novia de hanagaki — tu debes ser la novia de takemichi, ¿cierto?

— si, es un gusto conocerla, señorita naori — hace una reverencia ante mi. Es una joven muy educada. — soy hinata tachibana

— el gusto es mio, linda, pero ¿puedo saber que hacen aquí?

— takemichi nos mando a cuidarla. — explica hina.

¿Cuidarme? ¿De quien?

Mi mente hace memoria de lo que Manjiro dijo de la pelea contra los chicos. Eso es en menos de dos horas.

— ¡carajos! — me levanto deprisa de la cama, casi me caigo, pero logro mantenerme de pie — ¡¿donde esta mi ropa?!

— ¡tranquila! — senju intenta detenerme, pero nada — ellos se harán cargo de mikey, no debes preocuparte.

— ¡no senju! ¡El no sabe lo que está ocurriendo! — le grito a ella con temor en mi voz — el ya no es el mikey que conocemos...

— ¿qué ocurre con Mikey-kun? — pese a la situación, hinata se mantiene serena  — ¿por qué takemichi no puede ayudarlo?

— es complicado... Pero tenemos que ir con ellos. Mikey esta dispuesto en matarlo... En matar a todos.

Ambas abren los ojos con miedo, no se esperaban eso. Ninguna de las tres se lo esperaban.

𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓 𝐓𝐈𝐌𝐄| 𝐭𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora