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Años atrás...

Una joven estaba caminando por las calles de shibuya directo a su escuela. La noche anterior tuvo mucho "trabajo”, unos idiotas de otras pandillas estaban ocasiónando mucho caos por la ciudad, cierto pelinegro la mando a darles un pequeño susto.

— maldito sano... — bostezo por producto del sueño y cansancio — solo quiero dormir.... ¿Umh?

Escucho varios ruidos viniendo de un callejón. Con cuidado y sin hacer ruido se acercó haber que pasaba. Era un pequeño rubio quien parecía estar pelando contra unos matones más grandes que el, decidió ayudarlo.

— ¡oigan, idiotas! — grito llamando la atención de los presentes — ¿que diablos están haciendo?

Al verla se sorprendieron, murmuraron unas cuantas cosas entre ellos, para después mirarla con una sonrisa siniestra.

El rubio noto esto y de inmediato supo que tramaban, miró asustado a la mujer.

— señorita, estoy bien, no debería preocuparse por mi, lo mejor será que se vaya — intentaba convencerla de irse.

— no me importa que sean tres contra uno — dejó caer su mochila — vengan idiotas

Y así fue. Uno de ellos fue directo a ella, pero sólo recibió un golpe en sus partes bajas. Pará después uno directo a la nariz. El otro al ver esto no tardó en ir a la ayuda de sus amigos... Recibiendo el mismo destino que ambos.

—¿ya se cansaron? — preguntó mirando a los tres en el suelo— densen prisa antes que cambie de opinión. ..

Ambos hombres rápidamente fueron por su compañero herido, lo cargaron y se fueron de ahí lo más rápido posible.

La pelinegra miró al niño, quien estaba en un rincón del callejón, este al notar su mirada se estremeció. Naori se acercó a él lentamente para no asustarlo.

— ¿le dirás a alguien sobre esto? — negó — bien, soy naori, ¿y tú?

— k-ken — ella sonrió

Le revolvió el cabello con cariño, eso parecía sorprenderlo, nadie le mostraba ese tipo de afecto y menos una mujer.

— ven — lo ayudó a levantarse — te acompañó a tu casa, no vaya hacer que esos idiotas regresen.

— ¡espere!, t-tienes sangre en el saco

— oh... Bueno, hay que arreglar eso — sonrió mientras sacaba un ensendedor.

Ambos miraron como aquella prenda se quemaba lentamente, eso no dejaría rastro alguno.

El rubio no quería que la mujer supiera donde vivía, por lo que para no incomodar le dijo que su casa quedaba cerca.un tanto extrañada aceptó eso.

Más tarde en la noche, una reunión de los black dragons se dio acabo, en ella, hablarían sobre varias estrategias contra pandilla enemigas.

— ¿qué sucede? — keizo preguntó a su amiga, quien se le veía pensativa.

— ese niño... Ken...¿Es amigo del hermano de shinichiro?

— creo que si, el no habla mucho acerca de su familia por su seguridad, ¿por qué la pregunta?

— por nada~, solo que me lo tope en la mañana y me pareció un niño interesante

Muyyy interesante...

𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓 𝐓𝐈𝐌𝐄| 𝐭𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora