Capítulo 2

123 8 0
                                    


Bajamos de uno a uno, a lo lejos veo a al chico albino y al agente Tyler, me doy vuelta lentamente caminando hacia la dirección contraria, si llego a la carretera tal vez pueda huir y no me descubrirán. Echo un vistazo hacia atrás y todavía no me vieron, suspiro aliviada hasta que choco contra algo, más bien alguien.

—Te encontré Noelia, o debería decir.. ¿Nicole? —se lleva la radio a la boca —. La encontré, vamos para allá. —en ningún momento separa sus ojos de mí. Me agarra del brazo y me jala con la suficiente fuerza como para quejarme y agarrarme el costado izquierdo. Me suelta al instante.

—¿Estás herida? —niego rápidamente, este tipo es capaz de apretar la herida o ser más brusco para que duela, sigo pensando eso.

Veo que duda pero no dice nada y me sigue arrastrando. Llegamos hasta un auto que no parece de policía y me sube, me pone unas esposas y se sientas atrás conmigo. No tardan en llegar los otros dos, me echan una rápida mirada y creo notar un poco de preocupación por parte del ojiverdes. Mi cara al estar limpia hace que se note mucho más las heridas y hematomas.

El albino conduce hasta la agencia de las fuerzas ilegales.. estoy segura de que no era así, pero algo parecido supongo que sí. La herida del abdomen duele cada vez más, mi respiración es dificultosa y estoy sudando. Siento como si fuera un gran esfuerzo el solo hecho de caminar. Por primera vez noto un poco intranquilidad en la cara de Reesler. Me dirige hacia un pasillo que nunca había visto antes al entrar al establecimiento.

—¿A dónde la llevas Cooper? —habla el albino.

—Creo que no está bien Mike, vamos a enfermería. —le contesta con algo de inquietud.

—¡¿Qué?!

—Tranquilízate Tyler —un amago de sonrisa aparece en mi rostro por cómo reaccionó. Desaparece enseguida cuando creo no poder mantenerme de pie. Mis rodillas fallan pero antes de que impacten contra el suelo Reesler me sostiene.

—Gracias —digo con dificultad. Un alarido de dolor deja mis labios cuando me alza en brazos, no puedo respirar, Dios.

—Shhh, ya llegamos. —¿este hombre no será bipolar? Todo el día me trató mal y ahora.. ya no.

El albino le abre la puerta y al ingresar me deja sobre una camilla, mi respiración se corta y suelto un jadeo ahogado. El albino, que ahora sé que se llama Mike, se pone unos guantes de látex y un cubrebocas. Me saca el hoodie que llevo puesto dejándome en un brasier deportivo.

—¿Qué carajos? —suena impactado. 

¿Tan mal está?

—Oh por Dios... ¿Hace cuánto estás así Noel..? Nicole. ¿Hace cuánto estás así Nicole? —se corrige.

—Des.. desde que me trajeron Tyler. —mi voz está impregnada de dolor.

—Tiene por lo menos dos costillas rotas. Pudo haber causado daño en los órganos o tener una hemorragia interna y ahora estaría muerta. —es algo duro Mike.

—Te pregunté si estabas herida. ¡Y me dijiste que no! —el grito más el dolor que siento hace que los ojos se me empiecen a llenar de lágrimas.

—La estás alterando Reesler.

—¡Ella me altera a mí!

—Basta los dos. Tú sana a Nicole y tú, Reesler, deja de gritar. —poniéndose los pantalones y mostrando autoridad es lo que está haciendo Ty ante esta situación.

—Hay que sedarla. El dolor será demasiado.

—Ni se te ocurra, hijo de...

—Sosténgala.

Yo soy la claveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora