Capítulo 5

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Entramos en una sala que parece más bien un comedor muy solitario y nos sentamos alrededor de una mesa. Mike hace como si nada, pide un almuerzo bastante abundante para todos, pero especialmente para mí. Se asegura que no deje nada y entre charlas triviales llegamos al punto importante.

—Lewis era un muy buen compañero con una mente muy brillante. Hace unos años hubo una reunión, nunca se supo muy bien quién la había organizado pero se empezó un proyecto, se compartió información sobre nuestros métodos de procedimiento y ejecución, —una sonrisa melancólica se forma en mi rostro —Lewis era como un líder, se preocupaba por los demás asistentes y..

—¿Quiénes?

—¿Eh?

—¿"Los demás asistentes", quiénes? —vuelve a preguntar Reesler

No estoy muy segura si dar nombre y apellido.

—Pues, lo que hoy en día serían figuras importantes en la industria de la tecnología, revolucionistas de lo actual vía internet —cuando veo sus miradas, aclaro; —La mayoría trabaja en lo legal, solo había una excepción. —presiono mis labios con fuerza no muy orgullosa a pesar de no haber hecho nada muy malo.

—¿Tú? —asiento levemente hacia el de ojos verdes.

—Sí. O al menos actualmente.

—¿Y cuál es el problema entonces?

—Pues Mike, algunos métodos no eran del todo.. inofensivos —bajo la mirada con vergüenza, suspiro. —La idea siempre fue darle más al que tiene menos. Casi todos teníamos una mala experiencia con la convivencia infantil o algunos esa experiencia era inexistente. Todos les lloran al actor famoso que muere, pero al que se destroza la espalda trabajando cada día para ganarse el pan y alimentar a su familia —niego enojada, —nadie lo recuerda. La intención mía, al menos, era de ser útil y no importante. Cuando algunos empezaron a triunfar al vender dispositivos electrónicos empezó la primera fase, dentro del software había una "puerta trasera" con el que el decodificador del mismo podía ingresar a todos los datos que se almacenaban ahí.

—Estaban invadiendo la privacidad de cada comprador.

Paso las manos por la cara, —Si Tyler, si.. La mayoría estuvo de acuerdo con eso.

—¿Tú también? —habla Mike.

—No fui parte de la votación, no estaba enterada.

—¿Por qué no? —la confusión en el rostro de Reesler me causa algo de gracia.

—No era una de las más importantes ahí dentro, los que saben de mi habilidad son contados con los dedos de una mano. Me contactaron por la manera en la que cometía robos y usaba los programas de demás usuarios para rastrear mis objetivos, además después de algunos inconvenientes estuve algún tiempo intentando salirme, es decir, ¿cómo confías en alguien que puede saber los más sucios secretos de todo el mundo, incluyéndote?

—¿Eso era? ¿Qué no confiabas en ellos?

—No confío en nadie Mike, pero mucho menos de ellos —o en algunos de ellos —. Además algunas cosas no coincidían con mis intereses personales —me encojo de hombros. Cuando el albino iba a preguntar, Vander se le adelanta

—¿Lewis era el que vendía estos dispositivos con acceso?

Buena pregunta Ty.

—No, era alguien más.

Una de las cosas más peligrosas a mí parecer es la desinformación. Cuando conoces la situación, las personas que abarcan dicha situación, la manera de moverse de cada uno y actuar todo cambia. Totalmente distinto a cuando te unes sin tener la más pálida idea de cómo va a ser y qué va a ocurrir.

Yo soy la claveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora