Capítulo 10

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Apenas los dedos de Tyler rozan el celular se lo arrebato con fuerza. Escucho que se queja, pero me mantengo con el celular pegado al pecho y sujetándome con una mano del asiento. Me hablan, pero estoy paralizada. No entiendo lo que dicen, mi cabeza no lo procesa y solo tengo en mente que necesito aire. Bajo la ventanilla, pero me aparto con brusquedad queriendo evitar el impacto evidente de una camioneta viniendo en nuestra dirección.

—¡Cuidado! —alcanzo a gritar antes de el que el choque se produzca haciendo que nuestro vehículo empiece a dar vuelta tras vuelta en el descampado que había a nuestra izquierda.

Lo último que logro ver es a alguien bajando de la camioneta y acercándose a nosotros pero después de eso todo se vuelve oscuro.

Un dolor en mi hombro me hace soltar un quejido. Abro los ojos pero no logro ver mucho antes de volver a estar inconsciente.

Una voz a mi lado me hace despertar de nuevo.

—¡Kenya!

Me sobresalto ante el grito y giro la cabeza buscando de quién proviene. Es Tyler.

—¿Qué? —susurro con voz pastosa y mucho sueño.

—¡No te duermas! ¿Puedes salir de allí? ¿O estás atrapada?

—¿Salir de dónde? —estoy confundida, desorientada.

—Nya, escúchame por favor —ruega —. Estamos de cabeza.

Oh, por eso nada tiene mucho sentido.

—Mike y Reesler están inconscientes y yo estoy atrapado, el cinturón se atascó. Necesito que te sueltes y nos ayudes —explica.

Miro para abajo y me parece muy lejano.

—¿Me va a doler? —alcanzo a preguntar antes de presionar el expulsor del cinto y caer.

Me golpeo la espalda y el cuello. Con miedo ante el dolor que se expandió en todo el cuerpo me quedo inmóvil y un sollozo involuntario sale de mis labios.

—¿Kenya? ¡Kenya! ¿Estás bien? —no contesto, solo dejo salir un pequeño balbuceo inentendible—. ¡Por Dios, contéstame! ¿Cariño?

Lo escucho forcejear desde allí atrás por lo que me obligo a moverme para ayudarlos. No sé desde hace cuánto estamos aquí. Con mucha dificultad logro levantarme y voy hasta su puerta, la intento abrir.

—¡AAAH! —se asusta —Joder, no vuelvas a hacer eso.

Tironeo para abrir la puerta pero también está trabada. Lo intento cada vez con más fuerza hasta que lo logro. El hombro no deja de doler por lo que lágrimas silenciosas bajan desde mis ojos, no aguanto.

Tanteo el suelo hasta encontrar una parte de la carrocería, es un metal filoso por lo que sin pensarlo mucho corto la cinta y Tyler cae.

—Ahgg —gruñe.

Agarro su brazo y como puedo lo levanto. Ambos soltamos insultos.

—¿Qué te duele? —le pregunto preocupada ante todos sus quejidos.

—La vida.

Me reiría si no pensara igual. Y fuera otra ocasión, obviamente.

—Ayuda primero a Mike. Con Cooper te va a costar más, ya sabes —tose al intentar reír.

—Despacio. —lo dejo sobre una roca grande cerca del auto.

Gateando voy hasta el que estaba conduciendo. Su puerta está totalmente destruida por lo que es más fácil abrirla, está algo inclinada y con una patada logro hacer que caiga del todo. Le grito, zarandeo y golpeo pero no reacciona y ahí es cuando me preocupo. ¿Está muerto? Safo el cinturón y cae de un golpe seco.

Yo soy la claveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora