Capítulo 21

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La mirada de Jake pasa de mi rostro al de Reesler, que está a mi derecha, al de Mike que está parado apoyado en la pared de atrás y a Tyler, en mi izquierda.

Le contamos absolutamente todo. Desde la Rebelión hasta la decisión del peliblanco de aceptar a Ian, también le hablé de Daniel y nuestra relación con el ya fallecido Lewis, además de la identidad de cada uno de los integrantes con seudónimos de piedras preciosas.

Su conclusión fue: si hay un nuevo grupo de la Rebelión que apoya a Topacio, necesitamos más gente.

Ahora está viendo nuestra reacción tras decir "necesitamos a los gemelos de vuelta". Tampoco es como si no hubiéramos estado junto a ellos por meses, fueron horas, por lo que decir que deberíamos tenerlos 'de vuelta' no tiene mucho sentido, pues, realmente no se fueron o dejaron a la AOS.

Acepté sin dudar pero a cambio de tener a Daniel aquí. Quiero que esté protegido y si todo esto termina bien para nosotros y no morimos en el proceso, quiero que quede impune de todos sus actos criminalistas.

Me sorprendieron sus palabras. 

—No quiero solo a Daniel con nosotros también quiero proponele un trato a Ginebra y a los otros tres integrantes. Reúnelos, llámalos, los quiero aquí mañana a las 8 am.

—Aquí no —presiono los labios.

—¿Crees que estás en posición de refutar todo lo que digo?

¿Pero a este qué mierda le pasa?

—No refuto todo lo que dices pero con ellos no tengo contacto hace más de diez meses, no confían en mí ni yo en ellos, no van a venir aquí a menos que les mandes una carta documento especificando ser de la AOS y notificando que los quieres aquí mañana o sino tendrán problemas con la justicia —sonrío burlona. 

Alza una ceja desafiante y.. dios, sé lo que eso significa. Esto no me gusta nada, borro la sonrisa. 

—No serías capaz...

Cerca de 22 horas después estoy viendo por una cámara una sala de juntas fuera de la AOS, en una sucursal más pequeña pero de la misma agencia. Están obviamente Daniel, Ginebra, Joanne (la doctora), Megan (la enfermera) y Connor (el traficante de armas) y para colmo también están los gemelos. El silencio y el malhumor es obvio, le avisé a Daniel de qué trataba pero los demás no tienen idea. 

Hay dos reglas importantísimas de la Rebelión. 

1. No se le habla a terceros de los demás integrantes. 

2. Cero contacto entre nosotros. 

Las dos que obviamente estoy rompiendo ahora.

—¿Nerviosa? 

Volteo a mirarlo. Acaba de entrar en la sala de cámaras, va vestido totalmente de negro, camisa, pantalón de vestir y zapatos. Vuelvo la mirada a las pantallas. 

—Sí —murmuro bajo. 

Escucho sus pasos acercándose, pone sus manos en mis hombros y me permito relajar, estaba totalmente tensa. 

—¿Qué pasa?

—Se van a arrojar a mí como cuervos. 

—Todo va a ir bien —besa mi cuello y deja su cabeza en mi hombro. ¡Que poder tiene este hombre sobre mí! —¿Cómo te sientes? —lleva una de sus manos de manera lenta a mi ingle, mantengo la respiración y nos busco en la pantalla porque también hay una cámara aquí. Vernos así me está excitando, —Pregunté algo, Kenya. 

—Estoy bien —me sale bajo, casi en un suspiro, miro su mano muy cerca de mi intimidad, los dedos largos y delgados llenos de anillos me están provocando. Pongo mi mano en la suya y sigo el calor de su piel por todo su brazo hasta donde llego. Él sube un poco hasta apoyarse en mi pelvis.

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⏰ Última actualización: Jun 04 ⏰

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