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Prólogo

La gran guerra que los humanos provocaron y que envolvió a los Lykans y vampiros perduró durante varias décadas, repitiendo un bucle de decisiones egoístas que llevaron a ambas especies a la miseria, condenando a la humanidad por consecuente, usándola para abastecer sus tropas y luchar incansablemente apenas cayera la noche.

Lentamente la sociedad se fue demorando bajo aquel conflicto que no parecía tener ni pies ni cabeza. Ya nadie recordaba porque había empezado la guerra, solamente seguían peleando; ideando estrategias en su búsqueda de la victoria, una que jamás llegó.

Cuando los Inferis aparecieron en el mundo, se presentaron ante los vampiros y Lykans con una fuerza que sus antecesores, los humanos, no tenían. Algunos lo llamaron ciencias, otros brujería, pero ninguno podía demeritar el poder sobrenatural que ésta nueva especie poseía. Eventualmente su intervención detuvo la guerra, demostraron a las partes en conflicto cuanto se atrevían a perder si seguían en su espiral de odio. Les enseñaron que podían coexistir en paz, y eventualmente los tratados fueron firmados para crear una alianza y las normas que forjaron la nueva era de paz sobre los escombros que los humanos dejaron tras las peleas.

ㅡ¿Mami, que pasó con los humanos? ㅡindagó el pequeño, acurrucado en sus cobijas y con sus grandes ojos puestos sobre su madre, quien con cariño le acarició la cabeza, revolviendo sus cabellos grisáceos.

ㅡLa mayoría se convirtió en Submundos, los otros fueron desapareciendo lentamente ㅡseñaló, inclinándose para arropar a su pequeño hijoㅡ Somos lo poco que queda de ellos, aún viven en nosotros.

ㅡ¿En nuestra tribu?

ㅡEn nuestra especie ㅡaclaró, sonriendo a su pequeño mientras lo observaba acurrucarse entre las cobijasㅡ Leones, lobos, cuervos, linces. Cada tribu conserva un poco de lo que los humanos fueron alguna vez.

ㅡ¿Y los que eran Submundos? ¿Qué pasó con ellos?

ㅡ¿Recuerdas al abuelo? ㅡEl pequeño asintióㅡ. Pues ellos hicieron lo mismo, subieron al espacio y se volvieron polvo cósmico.

El niño abrió sus ojos fascinado, observando el techo de su cuarto que yacía cubierto con estrellas cuya fluorescencia las hacía brillar bajo la tenue oscuridad. Se Imaginó volando por los aires, transitando la carretera de los astros, jugando entre los planetas y durmiendo entre las galaxias.

Su madre sonrió, besando su frente y apagando la lámpara sobre su mesa de noche. Le deseó dulces sueños y finalmente abandonó la habitación.

Esa noche el pequeño Xure soñó con ser una estrella fugaz.

Nuevo proyecto, espero les guste. Es la primera vez que me ánimo a compartir esta historia, originalmente la había escrito a inicios del 2019 y para aquel entonces era la primera historia con una temática de éste tipo y me hace ilusión compartirla.

He decidido reescribir algunas cosas y readaptarla para ustedes. Espero les guste. Los leo en los comentarios 👀👌

Con amor: Jay✨️.