La humanidad se ha extinguido, seres considerados mitos surgieron de sus escondites ante la ausencia de su mayor cazador: el ser humano. Dirigidos por la raza mayoritaria forjaron una sociedad, siendo obligados a convivir por la leyes que pretenden...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Xure creció sabiendo que no tenía a nadie a quien llamar "padre", su madre nunca se había referido al hombre que lo engendró de esa forma así que él tampoco lo hizo.
Su infancia entera había girado entorno a su madre y al pequeño mundo que había construido para él, lejos de las presiones de una tribu estricta y en el corazón de una ciudad habitada por todo tipo de personas. Disfrutó plenamente de cada una de sus etapas, gozó de aquello que pocos tenían en el viejo mundo: Una infancia feliz.
Pero como si sus recuerdos le dieran un paseo a través de sus años mortales de nuevo se encontró repitiendo los pasos que lo conducían a aquella habitación, pensando ingenuamente que su madre aguardaba dentro sólo para descubrir que ella ya había dejado éste mundo y había sido reducida al alimento de un depredador oportunista. Sobre su cuerpo inerte se hallaba la misma figura que lo acechó por años en sus pesadillas, esa de la que había querido escapar incontables veces antes de ser alcanzado en un parpadeo.
Los colmillos de ese hombre lo arrebataron de la mortalidad y lo sometieron con las cadenas de una vida que ya no era suya. Su último aliento estuvo cargado de dolor.
Convertido en un vampiro pasó los primeros años de su no-vida obligado a aprender como controlar cada parte de su cuerpo, fue como aprender a vivir de nuevo y al igual que en su vida anterior cometió muchos errores en el camino. Haber arrebatado la vida a alguien para asegurar su supervivencia fue la primera de muchas experiencias desagradables a las que tuvo que someterse para seguir avanzando.
Y Cassius fue por mucho la peor de esas experiencias.
El hombre se había presentado ante él como el líder del clan al que ahora pertenecía, tratándose de un vampiro puro y poderoso a Xure no le quedó de otra que bajar la cabeza en su presencia aunque el hombre le pedía que no lo hiciera. Adoptó el rol de su tutor y sostuvo su mano para guiarlo por el camino que consideraba correcto, fue la primera figura de autoridad por la que Xure sintió respeto y aprecio. Fue paciente y comprensivo cuando las demás personas en su entorno lo miraban como a otro Impuro más al cual podían desechar cuando ya no fuese útil, fue demasiado fácil confiar en él, era bueno para hacerlo sentir importante.
Pero Cassius nunca fue del tipo caritativo. Eventualmente buscó ser recompensado por su amabilidad.
Se mente lo lleva de vuelta a aquél campo de trigo, dando un paseo lejos de sus dominios cuando el sol hubo muerto en el horizonte. Envueltos en la intimidad del campo y la noche Cassius se ofreció a mostrarle lo que había más allá de los rigores sociales y las reglas estrictas, pidiendo a cambio algo a lo que llamó insignificante.
Xure ni siquiera lo dudó cuando dijo que sí, su curiosidad por lo desconocido demandaba ser saciada lo antes posible.
Lo que sucedió luego de aceptar su propuesta está tachado dentro de su cabeza, una página llena de borrones y garabatos oscuros para que jamás vuelva a ser legible, para que los susurros y promesas vacías no vuelvan a atormentarlo, para que las manos que lo desnudaron desaparezcan, para que los colmillos que marcaron su piel y bebieron de su ingenuidad no sean capaces de alcanzarlo.
