La humanidad se ha extinguido, seres considerados mitos surgieron de sus escondites ante la ausencia de su mayor cazador: el ser humano. Dirigidos por la raza mayoritaria forjaron una sociedad, siendo obligados a convivir por la leyes que pretenden...
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Ryan abandonó la mansión poco antes del medio día, tomando un paraguas prestado por precaución. El cielo continuaba cubierto de nubarrones oscuros y grises, era fácil predecir que volvería a llover, sin embargo no estaba de más prevenir.
Apenas se fue Xure sintió que podía respirar con mayor facilidad. No sabe porqué, pero la presencia del albino en dicho lugar le incomodaba, quizás era por el hecho de lo bien recibido que estaba entre los Lykans, aunque ya no se considerase asimismo un lobo, no podía negar sus raíces y eso los otros lo habían notado, le pareció irreal el verlo convivir con ellos durante el desayuno con una naturalidad tan espeluznante que por un momento creyó estar en una especie de pesadilla lúcida y horrible. Que experiencia de lo más desagradable acababa de tener, sumado al dolor corporal, su día no tenía el mejor pronóstico.
Y para acabar de empeorar las cosas aún tenía el problemita con Zinger. Era impresionante ver lo comprometido que estaba con su misión de hacer más ligera su convivencia, sin embargo no esperaba que fuese un cambio tan brusco, de cierto modo llegó a abrumarlo, no estaba acostumbrado a ésta clase de cosas y que el pelirrojo quisiera apresurarlas era molesto. Xure tenía plena conciencia que no sólo se trataba del asuntito con el contrato, habían otros intereses de por medio que estaban provocando éste cambio de actitud tan drástico. Para empezar, se notaba a kilómetros de distancia que Zinger estaba siendo coaccionado por su "instinto paternal", en segundo lugar; ninguna persona en sus cinco sentidos se mantendría en calma con dos vampiros dentro de su casa si no hubiera otros motivos de por medio, y tercero; Zinger era un libro abierto, demasiado fácil de leer, se podia ver a kilómetros de distancia lo que estaba tramando.
Xure no era su obra de caridad, no iba a dejarse cegar por tratos lindos y palabras comprensivas, así no funciona el mundo. Si no te patea es porque no funciona, o al menos así iba su filosofía, quizás debería cambiarla pero por el momento le ha servido.
ㅡAsi que... esos platos han de estar muy suciosㅡ Dijo Lux, adentrándose a la cocina con las manos en los bolsillos de su sudadera ㅡLlevas media hora lavando los trastes ¿Está todo bien?ㅡ Cuestionó, sin parecer verdaderamente preocupado, sino que más bien curioso.
Xure lo observó de soslayo, volviendo a su tarea en silencio. Normalmente no habla con los otros miembros de la manada, principalmente porque no tiene nada que decirles y ninguno le interesa. Solo convive con Eret, y más frecuentemente con Aritz y Pierce, aunque éste último solo se sienta a dibujar en silencio a su costado. Pero que ahora Lux esté preguntando directamente no le extraña demasiado. Ya sabía que era un metiche, solo le faltaba confirmarlo. Todo esto es por el drama de más temprano, pudo oírlos espiar en el pasillo, por eso había cerrado la puerta, no le gustan los entrometidos.
ㅡEs curioso como terminan las cosasㅡ Musitó, recargando su peso contra el mostrador, mirando hacia el techo con una mueca ㅡUn día estás haciendo tus cosas y al siguiente eres un Submundo. Vaya manera de cambiar tu vidaㅡ.
