La humanidad se ha extinguido, seres considerados mitos surgieron de sus escondites ante la ausencia de su mayor cazador: el ser humano. Dirigidos por la raza mayoritaria forjaron una sociedad, siendo obligados a convivir por la leyes que pretenden...
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Los días pasan, el sol se levanta en el horizontes y muere al anochecer muchas veces. El tiempo parece poco importante cuando tienes una vida extensa que está atada a las cadenas de la inmortalidad. No importa lo que hagas hoy o mañana, seguirás en el mismo sitio por la eternidad, condenado a cumplir con un bucle inagotable de sufrimiento, viendo como el mundo transcurre a tu alrededor mientras que el tiempo pasa de tu existencia.
Ser un vampiro puede ser agobiante cuando ya has probado la banalidad de la vida mortal, lo único que deseas es regresar a ella aunque sabes que para ti es imposible, no importa que tanto lo desees, ya estás condenado.
ㅡXure...ㅡ.
Aquel suave murmullo puso freno a su intrusivo tren de pensamiento, lo coloca de regreso a la biblioteca de la mansión, sentado en el sofá mientras que Eret se encuentra a su lado, descansando su cabeza en su regazo, afuera llueve a cántaros, el siseo de las gotas impactando furiosamente contra el techo del lugar puede oírse con suma claridad.
ㅡDime...ㅡ.
Desde el otro día una tormenta ha azotado la zona, han sido cuatro días de cielo nublado y clima lluvioso, lo que a su vez significa que nadie ha tenido permiso de salir de la mansión pues Zinger fue claro al prohibir cualquier salida para evitar que alguno se enferme o se pierda por culpa del terrible clima. En cuanto a Xure no ha tenido problema con dicha orden pues cualquiera deseo de salir al exterior se ha visto opacado por su ansiedad, no quiere que el incidente en el bosque se repita.
Eret le comentó hace poco que la razón por la que las lunas en su brazo se iluminaron fue porque se encontraba lejos del territorio de Zinger, la marca se había encendido para avisarle a ambas partes del contrato sobre esto. Cierto alivio le recorrió al saberlo pero de todas formas ha querido ser precavido, aunque la lluvia sea su mínima preocupación, intenta mantenerse al margen de las cosas.
Eret ha sido una buena compañía durante estos días largos de aislamiento, no le pide explicaciones y solo lo deja ser, en silencio, hombro a hombro con solo sus pensamientos. No puede evitar pensar en él como el primer amigo verdadero que ha tenido dentro de décadas extensas de fría inmortalidad.
ㅡ¿Puedo contarte algo?ㅡ Cuestionó el muchacho, sus ojos pálidos están fijos en la nada, parece pensativo, un poco más de lo usual.
ㅡSi, hazloㅡ. Su mano acarició sus rizos, pasando las yemas de sus dedos por cada mechón de su cabello chocolate, no lleva la corona de flores, la ha dejado sobre la mesa frente a ellos.
ㅡMis padres me dijeron que nací en una noche de tormentaㅡ Musitó, cerrando los ojos y disfrutando de las caricias, expulsa aire de manera ruidosa por la nariz, como un gesto de relajación ㅡMi madre estaba esperando tener una hija, se decepcionó un poco cuando le dijeron que había nacido varónㅡ. Soltó una risa que extrañamente carecía de gracia ㅡMi padre por otro lado se alegró bastante, a él realmente no le importaba demasiado si era varón o no, él solo quería que su hijo fuese un Alpha, un líder natoㅡ.
