La humanidad se ha extinguido, seres considerados mitos surgieron de sus escondites ante la ausencia de su mayor cazador: el ser humano. Dirigidos por la raza mayoritaria forjaron una sociedad, siendo obligados a convivir por la leyes que pretenden...
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Xure sentía que había algo mal consigo mismo. Como individuo, como parte de la sociedad en la que vive, algo había salido mal con él.
Su mente estaba fragmentada con vivencias oscuras y experiencias desgarradoras. Su cuerpo había sido víctima de tantas cosas repudiables, hasta el punto en el que durante demasiado tiempo tuvo miedo de ser tocado, de que múltiples manos volvieran a mancillar la integridad de su piel, pues hace mucho la pureza de ésta fue arrebatada en un acto de brutalidad ciega.
Pasó décadas de su existencia ignorando aquellas heridas que lo vivido le habían dejado. Dejando que la inmortalidad hiciera su trabajo, guardando en un baúl los malos recuerdos. Pero ahora habían sido desenterrados y no conforme con ello también habían destapado el frasco de los traumas. Estaba tan expuesto que no tenía a donde correr, no podía solamente fingir que aquellas cosas horribles no le habían pasado. Sin embargo debía enfocarse en dejarlas atrás, no enterrarlas hasta que resurjan, ésta vez tenía que aceptarlas, sanar las puñaladas abiertas del pasado y continuar.
Aún le quedaba poco más de cuatro meses con la manada, debía hacer uso de ese tiempo en algo más productivo. Ésta era la oportunidad que el universo le otorgaba para repararse, sólo que no sabía por dónde empezar exactamente.
Simpre fue entusiasta de la terapia de exposición, afrontar el trauma de frente. Le había funcionado con Ryan en su debido momento, pero éste era otro tipo de trauma con el que lidiar. Contacto, necesitaba contacto. Si bien Eret no era mezquino con brindarle afecto había algo en el cerebro de Xure que veía al joven como una entidad inofensiva. No le servía, por más que apreciara su compañía y amistad.
A pesar de eso de alguna forma su mente parece haber encontrado al objeto de shock que estaba buscando.
No sabe con exactitud qué es lo que está haciendo con Zinger, ni él mismo puede explicarse el porqué de sus acciones ya que simplemente se ha dejado llevar por lo que su instinto considera adecuado, ignorando olímpicamente los límites que antes se empeñó en establecer. Sólo quiere llegar a una resolución, que su historia vaya por el mejor camino, o al menos poder salir de su inmundicia actual.
De momentos no sabe si está pisando en la baldosa correcta, su único propósito es seguir avanzando, escuchando a su intuición más que a su razonamiento. Lo que nos lleva a su lugar actual dentro de la mansión.
Ahora se encuentra en la habitación de Zinger, ni siquiera sabe que es lo que lo mantiene anclado a ella, pero no planea moverse de su lugar.
Su nariz se ha ido acostumbrando a los olores pero siguen siendo molestos, en especial porque se encuentra sentado a un lado del pelirrojo, quien descansa plácidamente dentro de un profundo sueño. Ha estado durmiendo desde ayer en la mañana, Eret vino a verlo más temprano para traer algunos postres en caso de que despierte con hambre. De igual manera llamaron al doctor para que viniera a verlo más tarde, para asegurarse de que todo marcha bien en su sistema.
