Capitulo 24

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Xure puede olerlo

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Xure puede olerlo. La ansiedad, el miedo, los nervios, todo condensado en una capa de sudor frío sobre la piel. El pecho se oprime bajo la certeza de que todo puede acabar esta noche, la situación se ha reducido a sobrevivir hasta la salida del sol, vivir para contemplar un día más y eludir a la daga punzante de la muerte. Primitivo es el deseo de sobrevivir, así como la humanidad alguna vez hizo, van a aferrarse con garras y colmillos sí eso significa la supervivencia de los suyos.

También puede oler el peligro, acechando desde el horizonte, a la espera de que la noche caiga por completo sobre ellos para salir de su escondite y atacar a la más mínima señal de descuido. No está seguro de que los demás también puedan olerlo o que solo sea su imaginación manteniéndolo en alerta, alimentando sus sentidos para agudizar su mente adormecida.

El sol egoísta se esconde en el horizonte, llevando la luz consigo para no dejar más que vestigios en el cielo. Sus ojos se estrechan ante la vista, puede sentirlos, observando burlescos desde el bosque, ni siquiera se han esforzado en esconder su presencia, como si no hubiese necesidad de ello y todo esto no fuese más que una partida del gato y el ratón.

Sus puños se aprietan al apartarse de la ventana, avanzando con pisadas silenciosas a través de la casa hasta donde Ryan está agazapado. Sus ojos están fijos en el techo, tan quieto que sería fácil confundirlos con una estatua. Está escuchando, puede decirlo por la forma en la que sus labios se fruncen suavemente mientras su expresión se transforma en un ceño fruncido. Xure no puede oírlo, pero no hay necesidad de preguntar, la sensación de peligro inminente le acaricia la nuca.

Intercambian miradas, asintiendo el uno para el otro antes de separarse, cada quien toma un lado diferente de la casa, convirtiendo el recibidor y la cocina en su área de caza, vigilando cada esquina en busca del enemigo que los rodea.

La respiración e incluso los latidos se detienen, haciéndose a un lado para las pisadas que crujen sobre el techo y que se pasean hasta caer con un ruido sordo sobre el césped del jardín frontal. La nariz de Xure se arruga y los colmillos crecen sobre sus labios.

No es Judas, pero eso no quiere decir que quien ha aparecido no le causará problemas. Alicia es tan perspicaz que no tarda en sentir su mirada y poner toda su atención sobre él, con orbes fijas y luminiscentes, lo invitan afuera para resolver la cuenta pendiente que hay entre ellos.

Sin pensarlo demasiado sale de la casa, ella sonríe ante su prisa y cruza los brazos sobre el pecho a la vez que se balancea sobre la punta de sus pies. Es petulante, alzando una ceja como si la situación fuese de lo más entretenida.

ㅡNo sabes lo novedoso que me resulta verte ahí parado ㅡse mofa, sus labios burdeos se estrechan en una sonrisa ampliaㅡ. No te escondes de mí como un ratón y tienes esa expresión de bastardo enojado que nunca había visto. Es refrescante.

Gruñe, interrumpiendo su extraña palabrería. No quiere oír elogios de parte de esta mujer, preferiría arrancarse las orejas antes que someterse al horrible sonido de su voz.

Dark Lovers© | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora