×GORDOFOBIA×

Capítulo 8

–Dime, Suga... ¿Me quieres? – Cuestiona reteniendo el aliento.

En su interior la pregunta ni siquiera tiene sentido ¿Quién era él para preguntarle eso a una persona que no conoce y que paga por escucharlo masturbarse y gemir?

Pero muy dentro de su pecho duele la sensación de no ser aceptado, de ser constantemente rechazado y las miradas de desprecio a su alrededor y quiere sentirse querido, aunque sea un poco, aunque se engañe a sí mismo. Pero es más feliz con una mentira.

– ¿Qué clase preguntas es esa? –

Lo sabía. Él lo sabía.

–Lo sé– ahoga un sollozo para seguir hablando – Lo sient-

–Claro que te quiero– Lo interrumpe– por supuesto que lo hago, pequeño. No lo dudes. Aunque suene loco y sea algo estúpido y puedes reírte de mí si quieres pero yo realmente te quiero–

Jimin no puede detener el océano de lágrimas que fluyen de sus ojos y sonríe aún cuando su alma está tan rota como un frágil cristal que acaba de estrellarse con una pared. ¿Cómo es que un completo desconocido puede llegar a quererlo más que cualquiera a su alrededor? Pero no se conforma y quiere saber más.

– ¿Por qué me quieres? –

Está siendo un total idiota y es posible que luego de esto el chico no vuelva a llamarlo nunca más pero quiere saberlo, aunque sea una mentira, aunque quiera engañarse a sí mismo y su espíritu autodestructivo este al borde de ser detonado en ese húmedo callejón con la oscuridad bañándolo y el frio calándole los huesos, él prefiere escucharlo. Quiere sentir que es importante para alguien y que lo acepta como es.

– ¿Es broma verdad? No sé si sepas las dimensiones de tu existencia para mí, porque yo realmente siento que tú me has salvado, eres mi refugio en la tempestad que es mi vida y constantemente me iluminas.

–Wow – sonríe, porque jamás nadie le dijo algo tan hermoso

–Sí, Wow– repite – y ahora que lo sabes me siento un poco más vulnerable ante ti. Me tienes comiendo de la palma de tu mano sin quererlo–

–Eso es tan lindo, créeme cuando te digo que jamás me sentí tan bien con alguien como lo hago contigo–

– ¿Aunque no me veas?

–Aunque no lo haga –

Hay un silencio profundo después de eso, en el que los dos están sonriendo y el sentimiento es tan nuevo y tan pleno, pero tan frágil también.

Yoongi se deja llevar por la dulce melodía que es la voz detrás del teléfono y se dice a si mismo que no se permitirá perder a una persona del porte de Mochi aunque eso signifique salir de su zona de confort y buscar un trabajo de medio tiempo y ayudar a costear la enorme factura del teléfono que es en un noventa por ciento de sus gastos en el call center.

Jimin, desde su lugar siente burbujear algo en su interior ¿Cómo es que exista alguien que lo quiera de esa manera y aún no se hayan conocido?

El destino es un cruel jugador y él es un peón en el enorme tablero de ajedrez de la vida, pero ahora una gota de esperanza acaba de bañar su corazón y tal vez, solo tal vez, haya alguien allí afuera que pueda hacerle sentir el amor que le falta.

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Hoseok mira incrédulo la escena frente a él mismo y todo lo que escuchó da vueltas en su mente, por más increíble que pareciera esos dos pequeños idiotas habían estado tan juntos todo el tiempo sin notarlo, incluso en la misma mesa.