Las hojas de sus apuntes están completamente magulladas por sus manos volviéndose puños una y otra vez. Intenta, realmente intenta concentrarse en estudiar pero está muy lejos de lograrlo y es que ¿cómo podría hacerlo cuando tiene la mirada fría de Yoongi en la cabeza y sus palabras taladrandole el interior de los oídos?
El mayor realmente es un tipo que logra exasperar a cualquiera. Realmente considera que Jimin no merece a alguien así, sobre todo si lo va a hacer sufrir.
–¿En qué rayos estás pensando, Jimin? – Se hace la pregunta en voz alta como si con eso pudiera lograr sacarla de su sistema. Pero no puede.
Entonces prefiere cerrar los libros, apartar los apuntes y tirarse a la cama para ver si así sus pensamientos dejan de intoxicarle la vida. Pero lo único que logra es que estos aumenten, no solo en tamaño sino también en velocidad girando a su alrededor como un torbellino que amenaza con derribar todo a su paso.
Finalmente patea las cobijas amontonadas a los pies de su cama y gruñe furioso levantándose precipitadamente y colocándose nuevamente el calzado y un abrigo listo para hacer lo único que puede calmar su iracundo corazón. Así que sale a correr aunque el frío le carcoma la piel y el horario no sea el mas adecuado para hacerlo.
Está en el parque de siempre, con el cuerpo sudado hasta la médula y la ropa apegándose a él, bebe agua como si hubiera permanecido toda una vida en el desierto y el dolor de sus tonificados músculos empieza a hacerle olvidar el por qué de ese ejercicio repentino. Ahora que su cerebro se ha oxigenado puede pensar con más claridad. La noche esta fría contrastando con su calor corporal y él sigue respirando agitado mientras se lanza al pasto humedecido por el rocío nocturno.
Despues de todo ¿Importa lo que diga o piense Yoongi? Lo que Hoseok está haciendo por Jimin y para salvarlo de sí mismo no le concierne a nadie más que a él, pero en su interior no deja de pensar en que los resultados de sus acciones están tardando demasiado.
El chico no se ve más feliz, ni menos perturbado o incluso aceptándose. Jimin sigue siendo el mismo después de todo. Así que eso lo confunde, no es necesario ser un sociólogo para entender que no es Jimin el que debe cambiar su cuerpo, es la gente allí afuera quien debe entender que el chico está perfectamente bien así como es y que no, por no poder entrar en un pantalón talle 2, es diferente.
Pero Hoseok no puede cambiar las mentes de los demás, eso seria agotador y frustrante. Pero puede ayudar a Jimin a comprenderlo ¿No es así? No deja de ser agotador y frustrante pero lo es en menor cantidad.
Pero no tiene ninguna idea...
Solo le queda insistir, demostrarle que puede ser amado perfectamente por lo que es y no por como se ve. Porque después de todo las apariencias se deterioran con el tiempo, pero la esencia sigue allí. Intacta. Y sabe que Jimin tiene el alma más cálida que ha conocido en toda su vida y su potencial es una perla escondida, tan oculta dentro de su concha que ni siquiera el mismo Jimin podría verla. Así que les tocaría descubrirlo juntos y pulirla para que el mundo sepa que Park Jimin tiene brillo propio.
Con la mente fresca y llena de nuevas ideas decide ir por un baño rápido a su casa, si hay un lema que conduce su vida es "Hazlo ahora o muere". Es un poco extremista pero no menos arrebatado que su propia personalidad.
Así que después de media hora de haberlo hecho ya está de nuevo afuera, vestido acorde a la situación y perfumado. Ya habia pasado por algo así, pero esta vez su mente estaba en el juego.
Así es como después de que el taxi atravesara varias cuadras se detiene fuera de la casa del único chico que vaga en sus pensamientos. Tiene un debate mental entre tocar el timbre y enfrentar a sus hermanos como cada vez que va, o ponerle un poco más de aventura a la situacion y terminar trepando hasta su habitación para sorprenderlo.
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×GORDOFOBIA×
FanfictionJimin tiene la voz mas dulce y armoniosa que jamas se haya escuchado en los confines del mundo, él tambien ha tenido sobrepeso desde que tiene memoria. Mira las fotos de su infancia y no puede creer que alguna vez fue ese niño esbelto sin más preocu...