CAPITULO 26

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Narra Marco Jiménez

Ya se habían acabado las clases, solo estaba esperando a mamá que pasará por mi.

-¿Y tu papá?-pregunto Luka con la intención de burlarse de mí.

Toda la escuela se enteró sobre lo de papá, desde ese día hay algunos compañeros que me molestan.

-No empieces por favor-suplique.

-Hay no tiene a su papá, no lo van a poder defender-reprocho.

Yo solo me pare de la banca y pase aún lado de el, seguí mi camino hasta la entrada de la escuela.

-Ya llegó mi mamá-le dije a la profesora.

-Muy bien, hasta luego Marco-dijo la maestra.

Subí al carro y fuimos directo a la casa, se supone que en una hora llega T/n.

Durante estos meses nunca he hablado sobre papá con mamá o T/n, todo a sido diferente, el siempre dijo que no importará si el no estaba con nosotros porque nos teníamos uno al otro, o eso yo creía.

Tal vez T/n solo pasaba tiempo conmigo para quedar bien con papá, digo cada vez que le hablo siempre contesta cortante.

-Marco voy a volver al trabajo, termina tu tarea y en unos 5 minutos va a llegar T/n-dijo la castaña para después darme un beso en la frente y tomar sus llaves, de nuevo.

No se equivocaba mamá, al instante ella paso por la puerta de la entrada.

-Muy bien, al rato terminas tu tarea ahora vamos a divertirnos-tomo mi sudadera que se encontraba en el sillón y salimos de casa.

Caminamos hasta una heladería, pensando que íbamos a comer aquí sin embargo lo pidió para llevar.

-Caminaremos mucho pero valdrá la pena.

-¿Puedo al menos saber a dónde vamos?-cuestione.

-Ya verás.

Caminamos y caminamos, no tome el tiempo pero fue demasiado al menos para mi, después solo faltaba pasar unos arbustos.

-¿Esto no es terreno privado?-pregunte ya que se veía alambrado por el otro lado.

-No creo, si no hubiera un letrero, pero solo hay que subir ese mini serró y listo.

-¿Encerío en un serró?

Al subir me di cuenta que había puras piedras grises y lo más asombroso fue como se veía la ciudad, se veían todas las luces de los edificios, más el cielo que estaba despejado.

-Es hermoso-fue lo único que pude decir.

-Lo sé, pero mejor siéntate-e hizo esa acción-esta un poco incómodo pero te acostumbras.

El helado era de vainilla, sabía delicioso al sentir la corriente de aire y más el helado frío me dio un escalofrío.

-¿Tu me odias?-no sabía que iba a responder pero se quedó atónita.

-¿Cómo podría hacer eso?

-Pero cada vez que hablamos no me haces caso-dije algo triste.

-¿Te acuerdas cuando nuestras tías decían que te parecías a papá?-yo solo asentí con la cabeza-bueno antes lo negaba, pero ahora que el no está con nosotros, veo el claro ejemplo de el en ti.

-Y aún me duele, sin embargo está mal porque te deje de poner atención y de cuidarte.-acompleto.

-¿Extrañas a papá entonces?

Un Amor Perfecto[Aidan Gallagher]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora