[ Los reencuentros no siempre son felices ]
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17 𝓬𝓲𝓽𝓪𝓼 𝓬𝓸𝓷 𝓮𝓵 𝓮𝓷𝓮𝓶𝓲𝓰𝓸
└───── •✧✧• ─────┘A lo largo de su vida había cometido un centenar de errores, claro que se arrepentía de ellos, bueno solo de algunos. Cuando estaba ebrio y rompía algo en el bar, o cada que se enojaba y destrozaba la decoración de algún hotel; eran sumas de dinero que su chequera no querían soltar fácilmente.
Recordaba mucho que durante su niñez también hubo situaciones donde tuvo "pequeños problemas" de ira, los regaños y castigos de su madre eran severos dependiendo el grado de daño que haya causado. Sin embargo, el nunca se arrepentía de una pelea.
Su fuerza le enorgullecía, su título como «Tigre loco» se ajustaba a la perfección a su forma de ser, era un completo animal – en la mayoría de sentidos.
—Duele— presionó la bolsa de verduras sobre su nariz soltando algunas maldiciones más. Así como el animal que era, estaba cuestionándose a sí mismo que demonios había hecho para que su antigua compañera de instituto le haya roto la nariz de un puñetazo.
«¿Qué mierda le hice?» se preguntaba tratando de navegar en lo profundo de sus recuerdos, si bien, tenía vagas ideas de los detonantes para tan violenta reacción. Ryohei había sido un grano en el trasero durante sus tiempos mozos, le gustaba gastar pequeñas bromas cuando era estudiante. Entonces, ¿Ella lo golpeó por aquella vez que colgó un muñeco decapitado en el club de Manualidades Domesticas? Negó con la cabeza, Yasuda le había golpeado con el mismo muñeco ese día.
¿Fue por la vez que la rompió el armario del club de Manualidades jugando béisbol? De nuevo la respuesta era negativa, Yasuda lo persiguió con un bate por toda la escuela gritándole que era un idiota.
Frunció sus cejas ante cada posibilidad descartada, la mayoría de bromas que le jugó a la muchacha de trenzas se le fue devuelta con algún golpe o alfiler encerrado en zonas sensibles de su cuerpo.
Entonces ¿por qué?
Pensar no era su fuerte, así que hastiado se incorporó del columpio donde estaba sentado. Debía irse de aquel parque para buscar respuestas con su mejor amigo, eso haría. Además que le dolía el trasero de estar en ese pequeño juego infantil y que, muchas madres lo miraban con miedo tratando de alejar a sus hijos de la zona donde este se encontraba.
De camino al departamento de su amigo, decidió comprar unas cuantas latas de cerveza y botanas, tenían mucho que platicar.
—¿Qué mierda te pasó en la cara?— le preguntó Pah apenas abrió la puerta del departamento, Ryohei hizo una mueca y le tendió la bolsa de compras junto con la bolsa de verduras que compró para bajar la hinchazón de su nariz.
—Una chica me golpeó— respondió provocando las carcajadas de su mejor amigo, gruñó ante las burlas hacia su persona y se sentó en el sofá de la sala echando la cabeza hacia atrás.
— Una chica no te golpearía de puro capricho, hombre ¿qué le hiciste a la pobre muchacha? — interrogó Pah sentándose frente a él al mismo tiempo que degustaba una cerveza.
—Ese es el problema, ¡no le hice nada!— chilló agitando sus manos, su mejor amigo levantó una ceja —Créeme, no hice nada, es una mujer a la que no veo en nueve años y simplemente me golpeó.
—¿Una mujer a la que no ves en nueve años?— repitió Haruki alías Pah intrigado —Es alguna muchacha del instituto?— Pehyan asintió con hastío.
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17 citas con el enemigo
Fanfiction¿Ella? Lo aborrecía, la mínima mención de su nombre lograba hervirle la sangre. ¿El motivo? Una cita. Una cita que terminó en desgracia durante su adolescencia, ahora que lo tenía frente a ella ¿debía vengarse? ¿Podía aceptar tener 17 citas con...