[Shalalalalala ¿qué pasó? Él no se atrevió y no la besará]
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17 𝓬𝓲𝓽𝓪𝓼 𝓬𝓸𝓷 𝓮𝓵 𝓮𝓷𝓮𝓶𝓲𝓰𝓸
└───── •✧✧• ─────┘Capítulo largo y romántico en agradecimiento por ese 1K de lecturas <33
Muchísimas gracias! 💗
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Había música y risas, el bullicio de la multitud resonaba en sus oídos mientras observaba a las personas bailar a lo lejos cerca a una gran fogata. Natsuko conversaba animadamente con muchas señoras que parecían igual de mayores que ella.
El pueblo estaba de fiesta por la buena temporada de pesca.
Natsuko los había arrastrado al festejo, todo inició con la puesta del sol, habían mesas interminables con comidas diversas, música pintoresca, niños disfrazados corriendo por todos lados, fuegos artificiales y mucho alcohol.
—¿Quieres ir a otro lugar?— escuchó decir a Hayashi, este la miraba curioso con una lata de cerveza en la mano. La azabache negó y dibujó una media sonrisa en su rostro, se sentía bien en ese tipo de ambiente. Una fiesta al aire libre era mejor que estar apretujada en una discoteca, prefería sentir el aire fresco en su piel antes que estar respirando la transpiración corporal y olores de dudosa procedencia de otras personas.
Yasuda miraba a su verdugo con detalle, no lo diría en voz alta pero la luz de la fogata resaltaba sus pecas, sumado a la forma en la que había peinado su cabello; se veía muy atractivo. Algunas adolescentes del lugar no dejaban de mirarle con las mejillas sonrojadas y no las culpaba, su novio era muy guapo.
Un momento, ¿acababa de decir «novio»?
¿Eran pareja?
Sólo habían dejado en claro su mutuo gustar, más nunca hubo una declaración como tal. Sus mejillas se tiñeron de rojo y desvió la mirada, decir que Pehyan era su novio sonaba muy irreal. Era una simple oración que lograba acelerarle el corazón, se sentía como una estudiante de instinto de nuevo. Su pulso latía desenfrenado y las ganas de soltar chillidos agudos la dominaban, ¡ya era toda una adulta! Debía guardar la compostura.
Ryohei pudo sentir la mirada de Yasuda en cada acción que realizaba, le hacía feliz que la azabache tuviera ojos solo para él. Sin embargo, al verla tan nerviosa de la nada quiso reír. Parecía tener algún pensamiento que lograra avergonzarla, su curiosidad picaba pero no quería dañar el momento con alguno de sus comentarios y posiblemente comenzar una discusión.
Incluso en el silencio, donde solo eran testigos de la fiesta a su alrededor; a Ryohei le reconfortaba la presencia de la azabache a su lado. Aún sino decían palabra alguna y contemplaban a los demás bailar, Pehyan solo sentía calidez en su pecho. Inclinó su cuerpo hacia adelante, apoyó un codo en la mesa y con la otra se escabulló por debajo para tomar la mano de Yasuda, sus nervios le hacían sudar, como un torpe puberto primerizo. Rozó sus dedos con los de la azabache y su corazón casi se detuvo, se llenó de valor y entrelazó su mano con la de ella sin verle.
Si observaba la reacción de Yasuda, de seguro y se acobardaría. Fingió seguir observando la fogata y dejó que el sonrojo se apoderara de su rostro.
La azabache le observó sorprendida al sentir los dedos fríos de Hayashi enredarse con los suyos, sintió un pequeño apretón en su pecho y sonrió sin darse cuenta. De forma inconsciente aquel hombre pecoso iba escabulléndose en cada fibra de su ser, lograba derretirla.
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17 citas con el enemigo
Fanfiction¿Ella? Lo aborrecía, la mínima mención de su nombre lograba hervirle la sangre. ¿El motivo? Una cita. Una cita que terminó en desgracia durante su adolescencia, ahora que lo tenía frente a ella ¿debía vengarse? ¿Podía aceptar tener 17 citas con...