[03] Superación o venganza

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[La vida a veces nos da oportunidades, ¿se vuelven malas según nuestras decisiones?]

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17 𝓬𝓲𝓽𝓪𝓼 𝓬𝓸𝓷 𝓮𝓵 𝓮𝓷𝓮𝓶𝓲𝓰𝓸
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Caminaba de un lado a otro mordiendo su labio, ¿por qué estaba tan alterada? Ver a al chico que fue el verdugo de su adolescencia le había dejado un mal sabor en la boca, hizo una pausa y corrió hacia la cocina; necesitaba una copa de vino.

Después del espectáculo que dio Hayashi en su tienda, sus nervios e ira se mezclaron convirtiéndose en el puñetazo ganador que el rompió la nariz al hombre. A Yasuda no le gustaba la violencia, santo cielo, la aborrecía sin embargo no pudo evitar sentir una ligera satisfacción al golpear a Pehyan.

«Se lo merecía por irrumpir mi trabajo» se repetía mentalmente mientras degustaba el vino, no obstante su consciencia no la dejaba tranquila jugando la poca cordura que le quedaba dándole todo tipo de pensamientos «¿Estás segura que lo golpeaste solo por molestar?» asintió con la cabeza ante la duda planteada por su voz interna, «¿No lo hiciste por lo que ocurrió hace nueve años?»

Claro que no, ella era una adulta madura que tomaba decisiones con la cabeza fría; lo que ocurrió en su pasado estaba allí, en el pasado ¿verdad? No lo soportó más y soltó algunos chillidos mientras corría en busca de su móvil, necesitaba ayuda. Sus plegarias fueron escuchadas porque alrededor de media hora escuchó golpes en la puerta de su apartamento.

Sin dudarlo corrió para recibir a la persona que le ayudaría a resolver el laberinto mental en el que estaba. Su mejor amigo - quién pertenecía al seleccionado y reducido grupo de hombres en los que confiaba - estaba de pie con los brazos abiertos y extendidos.

Él la conocía muy bien.

—¡Takeomiiiii!— lloriqueó lanzándose a sus brazos, automáticamente enredó las piernas en la cintura de su mejor amigo y apretó su cuello —Te extrañaba mucho— musitó al mismo tiempo que el pelinegro entraba al departamento con ella pegada como koala a su cuerpo. Cerró la puerta con el pie y correspondió el abrazo.

—También te extrañé— respondió el hombre acariciando su espalda —Pero quiero que el oxígeno entre en mis pulmones, mujer me vas a asfixiar— chistó despegándola de su cuerpo, Yasuda sonrió apenada y arrastró a su mejor amigo hacia el sofá más cercano —Por tu aspecto, puedo deducir que estás en medio de una crisis— señaló el hombre de cabello negro y no se equivocaba, su mejor amiga se encontraba en pijama, una bandada en la cabeza que indicaba que estuvo lavándose el rostro y un poco de crema mal colocada en su frente.

Yasuda no tardó en contarle absolutamente todo a su mejor amigo con lujo y detalle, sino le decía a alguien sus penas terminaría ahogándose en un vaso con agua.

Aquello le recordó a cuando estudiaron en Londres, Takeomi estaba cruzando su posgrado de periodismo. Él siempre estuvo apoyándola, Takeomi Akashi... fue el hombre que la salvó en muchos aspectos, incluso en aquellas noches donde... sus pesadillas la engullían.

«Takeomi fue la luz al final del túnel»

—Take-chan— gimoteó de nuevo haciéndose ovillo en el sofá —Quiero meter mi cabeza en un hoyo—Yasuda hablaba con las manos cubriéndole el rostro —Mi primera reacción fue golpearlo después de nueve años, ¡Golpearlo!— pataleó haciendo una rabieta — ¡Y se sintió de maravilla!

El hombre pelinegro con una cicatriz en el rostro no pudo evitar reír, iba a refutar pero el timbre del departamento sonó avisando la llegada de una tercera persona. Yasuda inmediatamente arrugó su entrecejo puesto que no esperaba a nadie más, solo le había escrito a Takeomi.

Su otro mejor amigo no se encontraba en la ciudad, entonces ¿quién era?

—Pedí comida a domicilio— aclaró Takeomi ante la incertidumbre sembrada en el rostro de su amiga —Mi instinto me dice que estuviste tan ensimismada en lo que ocurrió esta tarde que no comiste nada, ¿o me equivoco?— acusó el hombre flexionando una ceja, Yasuda desvió la mirada avergonzada al mismo que tiempo que su estómago rugía en respuesta.

Punto para Takeomi y su infalible intuición.

Y ahora estaban sentados devorando un tazón de pollo de frito mientras escuchaban música en el televisor de sala.

—Senju me contó que fue un increíble golpe, pequeña boxeadora— comentó Takeomi tomando una pierna de pollo, Yasuda resopló e imitó su acción — Cariño, podemos tomar este reencuentro como algo positivo.

—¿Qué tiene de positivo ver al idiota que hizo mi vida un infierno?— refunfuñó ella mordiendo su pollo.

—Digamos que puede ser positivo para ayudarte a soltar ese trauma— prosiguió Takeomi limpiando sus dedos con una servilleta —Ese muchacho fue tu punto de quiebre y la raíz del problema ¿no?— Yasuda asintió limpiando la comisura de sus labios —Ya eres una mujer adulta, creo que deberías hacerle frente para poder dejarlo ir en paz.

Yasuda no pudo evitar repetir esas palabras en su mente, era cierto que ver a Hayashi de nuevo logró traerle de regreso recuerdos que prefería olvidar y sepultar, en Londres su terapeuta le dijo que su trauma y fobia podía superarse si encaraba la causa del problema; así ya no le causaría temor. Claro que ella lo intentó mientras asistía a las sesiones, en serio lo intentó.

Sin embargo le era inevitable no gritar y tener ataques de pánico cuando había un hombre desconocido en su entorno. Nunca salía de casa sin un gas pimienta y le enviaba su ubicación a Takeomi cada diez minutos. Le fue muy duro trabajar en superar esa etapa de su vida, el miedo a ser atacada la carcomía viva, pero pudo hacerlo. Quizá no estaba psicológicamente "curada" pero era muy precavida, ya no tenía ataques de pánico cuando sentía a un hombre posarse en su espalda.

Se calmaba a sí misma y guardaba la compostura.

No obstante... todo su autocontrol se fue por el caño al ver a Ryohei, su sangre hervía al recordarlo. Si tan solo él hubiera respondido a sus llamadas, si hubiese llegado antes quizá ella...

Negó con la cabeza, cuando tenía 19 sopesaba cada posible escenario ante la frase «Si fan solo...», había gastado muchas noches de insomnio pensando y fundiendo su cerebro tratando de imaginar que hubiera pasado aquella noche si Hayashi se presentaba en la cita.

«Lo hecho; hecho está» pensó con amargura.

—No lo sé Take-chan— confesó Yasuda dejando escapar un suspiro —Siento que si vuelvo a verlo... todo será peor, él no es del tipo que se queda callado. Es de esos idiotas que causan problemas y te acosan hasta quedar satisfechos— murmuró recordando al Hayashi con el que solía discutir en la preparatoria.

—Mmm, si el tipo es un cretino contigo, no dudaré en golpearlo— sentenció Takeomi haciendo crujir sus nudillos sacándole una sonrisa a su mejor amiga —Pero, caso contrario, puedes usarlo para saber la verdad detrás del incidente de hace nueve años; sino te gusta su excusa podemos vengarnos. O utilizarlo para superar ese trauma.

¿Vengarse de Hayashi?

¿Superar su trauma utilizando a Hayashi?

Su mente era un lío.

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Holi holi! Tercer capítulo!

¿Qué les pareció este capítulo?

¿Qué hubieran hecho ustedes en el lugar de Yasuda?

Nos enfocamos en Yasu y agregamos un nuevo personaje; Takeomi Akashi de los Black Dragons^^

Quienes leen el manga, sabrán de quien hablo JAJA

En el próximo capítulo volverán a reencontrarse nuestros protagonistas, esperemos y no haya más golpes xD

Un besote! Gracias por haber leído <3

17 citas con el enemigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora