Capítulo 28: Un regalo

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Wolfgang

Estamos llegando a casa de mis suegros el nerviosismo emana de mi mamá y René, por mi parte es coraje complicando la situación, no puedo evitarlo las imágenes de René bajando golpeado del autobús y las noches enteras que pasa llamando a sus padres son tan flagelantes

Esas mismas razones son las que me obligan a estar aquí, si los papás de René aceptan nuestra relación mi niño dejará de sufrir por su rechazo yo no pienso negarle esa oportunidad

- Aquí vamos – toca la puerta que es abierta por la mamá de René

- Hola, hijo, pasen – hay algo raro – tu papá nos está esperando

La señora es tan amable y servicial similar a la mujer que conocí en mi adolescencia cuando René vivía en este palacio comparado donde vivimos actualmente. Eso no cambia el hecho de que hay algo raro no siente cariño o alegría hacía René no hay nada es carente de emoción

La señora tiene ritmo cardiaco estático y respiración calmada igual que el papá de mi niño que está impasible en su silla no ha intentado acercarse a sus nietos con trabajo respondió los comentarios de René, es obvio que no nos quiere aquí aun así no despide ningún tipo de olor

Lo que más nos altera es la presencia de ese "pastor" que trata de hacernos sentir cómodos con sus sonrisas y parloteo, qué hace aquí hablando como si fuéramos amigos o conocidos de años

- Esos son sus hijos – señala hacía mis niños – cuántos meses tienen – René tiene el mismo presentimiento porque aparta a nuestros niños de la vista de ese lunático

- Unos cuántos – responde de forma fría

- Puedo preguntar cómo los consiguieron – mi mamá golpea mi codo para que coma, no he dado más que dos bocados a la comida. No me puede culpar es insípida comparada a la sazón de mi madre y pareja

- Son nuestros – mi lobo está orgulloso de la fiereza de nuestro compañero

La comida transcurre con "normalidad" mi lobo está muy intranquilo por un olor que se vuelve cada vez más intenso que pronto reconozco como la amenaza que ha estado siguiéndome los últimos días, mi mamá trata de salir

- Yo me hago cargo quédate con René – camino hacia la puerta sin despedirme

- Quiero ir contigo – pide mi compañero con los niños en brazos

- No, espérame si algo ocurre ve a casa. Mamá cuídalos por mí – lo último lo dije para que ella lo escuchará desde su lugar

Parado enfrente de la casa con una sonrisa enorme esta mi "padre", las personas pasan atrás de él lanzando cohetes y canticos al cielo tipo procesión para llegar al templo que está más adelante. Me hace una señal con la cabeza de que lo siga, voy con él para evitar un confrontamiento enfrente de las personas y cerca de mi familia

Cada uno en un lado de la acera sin perder de vista al otro pronto dejamos a la multitud atrás para entrar en la casa que fue testigo de como el amor por mi padre fue muriendo lentamente al escuchar los golpes e insultos que daba a mi madre por comprar comida para nosotros en vez de droga para él, las múltiples violaciones grabadas en los muros en forma de rasguños y gritos, las veces que me golpe al estar ebrio o drogado, sus "enseñanzas" sobre como tratar a tu compañero, etc.

- Terminemos con esto – me dispongo a atacar

- Aquí no, pienso volver aquí con tu mamá cuando acabe contigo – abre la puerta trasera para entrar en las haciendas – sígueme

Caminamos por alrededor de 20 minutos – esto fue suficiente no pienso alejarme más de mi familia

- Familia, éramos una familia antes de la aparición de ese chamaco

El niño del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora