Capítulo 39: Vergüenza

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René

Apenas escucho su respuesta mi corazón se hace pequeño así que pido comida para distraer mi mente de ser abandonado por mi alfa. Mis niños no paran de marcarme para borrar el hedor de ese asqueroso sujeto

- Extrañe tu comida - sonrió a Carmen que tiene esa cara tan familiar - no van a comer conmigo

Los niños no paran de hablar, sin embargo, los adultos siguen con sus caras de pena y lastima que tantas veces he visto en mi reflejo decido ignorar la nostalgia de la mesa concentrándome en la felicidad que destilan mis niños hacia mi persona, son unos soles que alejan las penumbras de los últimos meses

Cansando fui acostarme deseando estar solo, suena irónico querer estar solo después de luchar tan arduamente por volver con mi familia, pero necesito poder asimilar las emociones que se agrupan como en una presa amenazando con reventar

- Papi - Fabian abraza mi costado - te amo - los niños se negaron a dejarme solo

- Yo igual amor, los amo a los dos

Erick besa mi mejilla aumentando su aroma inundando el cuarto hasta poder dormir permitiendo que pasará el primer día de muchos más en compañía exclusiva de mis niños porque Wolfgang mantiene su distancia de mí con trabajo me dirige dos o tres palabras, escuche a Carmen discutir con él obteniendo el mismo silencio que yo, pedí a Octavio regresar para cuidar de Julio debido a que su abuelita falleció y no hay nadie más que pueda cuidar del pequeño, nosotros estamos esperando que Wolfgang decida echarme para separarnos

Cada día me encierro en el baño para llorar amargamente mientras el agua oculta mis sollozos y olor a tristeza al terminar observo mi reflejo deformado por la tristeza e impotencia de haber permitido que eso volviera a ocurrir. Puede que muchos digan que no fue mi culpa, pero eso no cambia lo que siento, la humillación y la futilidad de mis esfuerzos carcomen mi alma sumiéndome en una depresión que trato de ocultar a mis hijos y Carmen

Bueno, Carmen y Octavio hablaron conmigo y yo compartí los últimos tres meses al lado de esa bestia: los insultos, golpes, humillaciones, violaciones, torturas, etc., relaté hasta el último detalle sin mostrar sentimiento alguno irónicamente terminé consolando a mi mamá en vez de ser consolado

Incluso reía al contar los hechos porque en mi cabeza disfrute el hecho de humillarlo, conseguí igualar las cosas, no me sometió... puede que sea cierto lo anterior, eso no significa que no me haya destrozado por dentro y fuera para eso una mirada a mis noches

Cada noche un nuevo escenario con los mismos protagonistas: el pastor, Nolan, Wolfgang y yo. No es que recuerde a detalle las pesadillas, lo que sí recuerdo es la respiración de ellos sobre mí, su apestoso olor, manos recorriendo mi cuerpo haciendo que la respiración me falle, mi cuerpo entero entra en crisis queriendo huir de ellos dos (el pastor y Nolan) porque Wolfgang no aparece violándome sino despreciándome por estar tan manchado y profanado que hasta los cerdos son más limpios que yo

- René, René despierta

- Wolfgang - intento abrazarlo de inmediato aborto la idea al recordar su gruñido y mirada al encontrarnos después del secuestro

- Tenías pesadillas, los niños fueron por mí

- Estabas durmiendo en la sala - siente tanto asco por mí que no puede compartir la misma cama conmigo

- No quise molestarte

- Seguro, estoy bien puedes irte

Duele verlo salir sin intentar quedarse conmigo que rápido olvido el amor que me tenía, aquellas noches donde luchaba por meterse en el cuarto de los niños para llevarme durmiendo a nuestra habitación o peleando por el derecho a darme el último beso antes de dormir, todo se fue a la mierda en el momento que supo que alguien más me poseyó

El niño del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora