BLIND: Aunque no te pueda ver [Michael Jackson y Sabrina Carpenter Fanfic]

Capítulo 39: "Jamás podría odiarte..."

Como no tenía que trabajar el lunes por la sorpresiva fuga de agua que hubo en la universidad, mi madre y yo decidimos quedarnos un día más en Gary, no fue el mismo caso de mis hermanos ya que ellos debían trabajar.

Y en cuanto a la fiesta, todo salió de maravilla, no me preocupé en lo absoluto por Clarissa ya que al poco tiempo lo vi bailando muy animadamente con Steven y lo mejor de todo es que pude seguir divirtiendome y bailando con mis primos. Volvi al hotel pasadas las 6 a.m. y dejé a Cleo en su cama antes de quitarle el lindo vestido que tenía puesto para que pudiera descansar más cómoda y por último me puse mi pijama. El domingo almorzamos tarde todos juntos ya que habíamos tenido una noche agitada, no se podía esperar nada menos viniendo de la familia de mi madre, todos adoraban las fiestas y divertirse, no como la familia de mi padre, ellos son más conservadores.

Mis hermanos y yo nos dedicamos la tarde para salir a pasear, como hace muchos años no lo hacíamos, recorrimos la ciudad y vimos lo mucho que había crecido y cambiando desde la última vez que estuvimos aquí. Fue imposible no recordar nuestra infancia y por último decidimos ir a ver nuestra vieja casa, fue una muy grata sorpresa ver lo linda que lucía, parecía recién pintada con un hermoso jardín y dos niños jugando en éste.

-Quien diría que una casa tan pequeña como esta tendría tantos recuerdos -dijo Janet con nostalgia-

-Es cierto -afirmé-

Nos quedamos unos minutos contemplando nuestro antiguo hogar antes de dar un pequeño recorrido por el barrio, alegrías nos invadieron al cruzarnos con algunos vecinos conocidos y también tristezas al enterarnos de la partida de otros, la mayoría personas mayores pero también supimos de dos niños que habían dejado este mundo.

Luego de despedir a mis hermanos y volver al hotel, me di un baño y pedí servicio a la habitación para cenar, mamá había salido con sus viejas amigas de Gary así que me encontraba solo esa noche, cené algo liviano, había desarrollado buenos hábitos alimenticios desde niño, Joe siempre nos decía que una buena alimentación iba a brindarnos buena memoria y concentración para poder estudiar y aprender más cosas así que debíamos comer comida sana, aunque me encantan los dulces y las frituras, esas enseñanzas de niño me habían enseñado a balancear bien mis comidas sin dejar fuera ningún alimento ni bebida.

Ya había terminado mi cena y Cleo estaba jugando con los juguetes que le traje... es increíble como una mascota puede alegrar tu vida y ponerla patas para arriba en un momento. Cuando Sabrina me dijo que se iría crei que mi vida perdería todo sentido sin ella y volví a visualizarme a mi mismo de la misma manera en la que me encontraba antes de conocerla. Pero esa enana me trajo a Cleo y se convirtió en una de mis razones principales para vivir, ya tenía un ser vivo a mi lado para amar y cuidar y eso la convirtió en mi prioridad, llamenme loco, pero llegué a tal punto de acunarla para hacerla dormir y hasta comer con ella sentada en mi regazo, como si fuese una bebé humana. Sabrina me la dio cuando solo tenía once semanas y ya estaba a punto de cumplir los cinco meses.