Capítulo 17

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Alex 

El tiempo es una rata escurridiza, nuestra peor pesadilla y una perra. Sin darnos cuenta el tiempo sigue y sigue, nunca se detiene, siempre nos agarra por desprevenido. Es su artimaña de engaño ya que nunca se detiene, ni aun que queramos que solo por unos nanosegundos se paralice, el nunca lo hace. Y siempre tenemos un conteo regresivo, cuando ese conteo regresivo queda en 0 es nuestro momento de tomar decisiones, decisiones que no siempre son seguras algunas son más arriesgar que ganar, pero cuando el conteo regresivo llega a 0 lo único que nos queda es elegir. Nunca sabemos con exactitud a donde nos llevaran cada elección, es más un juego de azar o... un juego contra el destino. También... contra el tiempo.

Había estado 1 años y medio en rehabilitación, quizás para algunas personas era más difícil que otras, ya que cada persona tenia su forma de ver las cosas. La mía era oscura, gris y tormentosa, cada día que pasaba me convencía más que las personas que había dejado atrás me habían olvidado.

¿En serio se habían olvidado de mi?

¿Tan poco les importaba?

Cada día esos pensamientos interrumpían mi mente para hacerla un caos de pensamientos y emociones, cada día de ver a Francis—El portero—con la esperanza que esta vez me dijera mirándome a los ojos esas 4 palabras "hay algo para ti" pero nunca llegaban, nunca recibí una carta. Con cada mes que pasaba mis ilusiones morían y con ellas mis esperanzas.

¿ella me olvido?

Una de mis mas grandes dudas, era como si la tierra se la hubiera tragado. Mis padres y mis abuelos nunca iban a verme, ya que así habíamos quedado. Tenia que hacer esto solo, realmente quería estar bien. Hasta que yo no saliera nadie podía verme. Mi hermana me escribía, pero ella nunca menciono nada de Ela. Y eso solo me mataba más.

La extrañaba tanto, joder.

Miraba siempre mi álbum de fotos cuando sentía que mis pensamientos me consumían, solo miraba esa foto en el arrollo del día en el que me dio mi primer beso.

Recuerdos

— ¡Alex!—Me regaño mi mamá, mirándome con una ceja alzada. —Será que tendremos la dicha que te apures.

— ¡Ya voy!—Me apure en acercarme al lado donde mamá señalaba— ¿Y Alice mamá?

— Pues te has tardado tanto que al final se fue, te pasas Alexander—Refuto ella mirándome fijamente

— Mamá, no has oído ese dicho de que "lo bueno se hace esperar"—Dije con un tono de picardía.

— Dios dame paciencia, que si me das fuerza ¡lo mato!—Mamá se empezó a frotar la cien. —Bueno...ya que el señorito se ha tardado un año, Ela quería ¿podrías acercarte?

— ¿Yo?

— Pues no se si eres o te hacer, que no vez que dijo "Ela" obvio que se dirigía a ti—Replique con malicia, esa tarde Ela y yo estábamos peleados. Ya que ella había elegido jugar con Antoni, o bueno lo eligió como compañero para la excursión al arrollo. Cuando ella dijo que quería ir con el, un sentimiento muy amargo se apodero de mi y no sabia como controlarlo.

— Alexander Khepner, pero que te pasa hoy—Pregunto mamá.

— ¡Nada!

— Pesado— Eso fue lo único que se limito a decir, antes de acercarse hasta estar a mi altura. Mamá levanto la cámara para captura la imagen, pero entonces arrugo el entrecejo.

— ¿Podrías abrazar por lo hombro a Ela, Alex? —Sin pensarlo dos veces puse mi mano sobre sus hombros. — ¿Podrías Ela acercarte un poco más a Alex y abrazarlo de la cintura? —Me miro a los ojos fijamente antes de enrollar su brazo sobre mi cintura. Entonces fue como si nuestra pelea sin sentido nunca hubiera ocurrido, me sentí de nuevo cómodo con Ela y que esa sensación amarga que tenia se había desvanecido. Y ella sonrió y yo sonreí, muy lleno de gozo al verla con esa sonrisa.

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