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Percibía la desesperación del contrario.

Podía ver en él miedo, angustia, poder, violencia.

Sabía que necesitaba ayuda. Su ayuda. Porque era el único que podía socorrerlo y eso le encantaba.

Se acercó a él por detrás y posó su mano en sus ojos.

- Aquí -. Dijo en un susurro -. Ya terminó Chūya, ven aquí.

Amaba ser el único que podía ayudarlo.

El cuerpo del pelirrojo se estremeció antes de caer al suelo por su propio peso. Lo sostuvo.

Sabiendo que era su última salida.
Sabiendo que era el último que podía ayudarlo.
Sabiendo que era una necesidad entre ambos.

Ah, a Osamu Dazai le encantaba ser necesitado por Nakahara Chūya. Pero ignoraba el echo de que él también lo necesitaba, de una forma u otra.

HappinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora