4

1.1K 165 5
                                    

Frunció el ceño observando al pelirrojo.

¿Con quien estaba?

¿Por qué estaba sonriendo?

¿Por qué parecía tan endemoniadamente tranquilo?

¿Por qué lucía tan atractivo? Oh, en realidad, Chūya siempre había sido hermoso.

- ¿Dazai-san? -. El llamado de su subordinado lo desconcentró - ¿Te encuentras bien?

- Claro -. Mintió con una sonrisa al peliblanco -. Solo calculaba si la altura de aquel edificio llegaría a matarme.

Observó como el rostro de Atsushi se deformaba de incomodidad.

- No digas cosas tan escalofriantes.

El castaño río, falsamente, como siempre. Y volvió a observar hacia arriba.

Un niño, a eso era lo que Chūya sonreía.

Por supuesto.

Sonrisas, sonrisas.

Se pregunto desde cuándo sonreía falsamente.

Se pregunto desde cuándo sonreía sin sentirse feliz.

Felicidad.

Chūya lucía feliz. Sin él.

¿Lo era?, ¿Chūya era realmente feliz?

No supo si deseaba saber la respuesta. Aunque conocía, que egoístamente, deseaba que Chūya fuera infeliz; porque no estaban juntos, porque no estaba con él.

El cielo azul le recordó a sus ojos.

El cielo azul le recordó a sus lágrimas. Las cuales no había visto.

El cielo azul le recordó aquel día.

El cielo azul le recordó que era su culpa. Porque lo había abandonado.

Y se odió. Especialmente porque deseaba verlo sonreír, pero solo por él.

HappinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora