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Limpió la sangre en su rostro.

Un silbido se escuchó detrás de su espalda. Se volteó, la figura de un castaño lleno de vendas caminaba hacia él, se encontraba vestido de traje. Un saco colgaba de sus hombros, sus manos dentro de los bolsillos.

Aparentaba tener su misma edad. No le importó, había acabado con personas peores.

Supuso que tendría algún tipo de arma dentro de ellas. Pensó en como deshacerse de él.

El contrario saco ambas manos y las colocó a los costados de su cabeza. Se encontraba desarmado.

- calma, calma -. Rió -. No vengo aquí a pelear -. Aclaró.

El pelirrojo levantó una ceja, sin relajar su postura, esto hizo sonreír al contrario aún más.

- vine a ayudarte Chūya -. Soltó.

El susodicho agudizó su mirada, era común que conociera su nombre, era bien sabido que habilidades tenía... Y cuan peligroso era.

- ¿ayudarme? -. Soltó ahora él burlón.

Ayuda, ayuda.

Como si alguien como él pudiera recibir cosas como esas.

Ahora sí, se paró correctamente, y colocó su mano libre dentro de su chaqueta.

- ¿Por que necesitaría tu ayuda?

- porque conozco la verdad -. Sus ojos castaños parecían brillar de color rojo -. Tu verdad -. El más bajo frunció el ceño. El castaño extendió una de sus manos hacia él -. Ven conmigo Chūya, yo te daré aquella respuesta que tanto buscas.

El pelirrojo abrió los ojos sorprendido.

No sabía porque, una parte de su cuerpo deseaba tomar la mano de aquel muchacho, mientas que otra decía que debía correr de él.

Aquella persona, ahora, le pareció peligrosa.

Chūya volvió a controlar su expresión. Agudizó su mirada y levantó el mentón.

A pesar de lo que su cabeza le decía, realmente deseaba poder cambiar aquella sensación.

La sensación de soledad.

La sensación de vacío.

La sensación de estar muerto a pesar de vivir.

Chūya avanzó, y tomo su mano. Decidió que quería saber aquella respuesta, pero que no se dejaría atrapar por las garras de aquella bestia.

HappinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora