El jueves temprano, Angie sintió algo húmedo en el pie, abrió los ojos para ver a Bastian de espalda observando el paisaje a través de los vidrios de la habitación y a Lucila lamiéndole la planta del pie.
—Luci, déjala dormir —susurró Bastian.
Angie hizo un gesto para que el perro subiera y este dio un brinco sobre la cama para comenzar a lamerle las mejillas, el cuello y lo que pudiera. Angie se cubrió.
—Hola... —saludó Bastian al verla.
—Buenos días... Es intensa —dijo mientras se limpiaba las babas de la perra.
—Ya te quiere, eso es bueno —respondió él y se acercó—. ¿Quieres desayunar? Temprano me trajeron leche fresca, huevos y algunas cosas más.
—Sí... huele bien —dijo cuando se percató de que el café humeante ya los esperaba en la mesa.
Angie se levantó sin preocuparse por cubrirse, caminó así hasta la mesa y se sentó.
—Deberías ponerte esa bata —susurró Bastian—, mi autocontrol no es tan, taaaaannn confiable después de todo.
Angie sonrió.
—Me siento bien esta mañana, libre... Dijiste que esta cabaña se llamaba esperanza, me gusta... así me siento —afirmó.
—¿Tu tobillo? ¿Cómo está? —preguntó.
—Bien, no duele...
—¿Nada duele? —preguntó él.
—Nada de nada —respondió ella y le guiñó un ojo. Angie comprendió que él se refería a algo más.
—¿Qué tienes ganas de hacer hoy?
—Quedarme aquí —dijo ella—, hacía mucho que no dormía así, que no descansaba en realidad... Tu masaje, la cama... tus brazos —admitió lo último con un hilo de voz—. Un día más...
—Un día más está bien —sonrió él—, mañana tenemos la despedida de solteros.
—¿Cuál es el plan? —quiso saber Angie.
—Dulce amenazó con no casarse si poníamos strippers —dijo encogiéndose de hombros—, dice que o ambas despedidas son similares o no se hace ninguna.
—Me parece lo justo —asintió Angie con diversión—. Nosotras iremos al Spa del Estrella, pasaremos una bonita tarde y luego cenaremos en la habitación. Dejé a Annette encargada de la decoración de la cena.
—Te aseguro que habrá penes voladores... no conoces a Annette —susurró Bastian.
—Dijo que haría colgantes y vinchas con penes de todos los tamaños y formas —rio Angie—, y a mí me pareció genial —afirmó—. Incluso ofreció traer un montón de vibradores, pero eso ya fue demasiado —añadió.
Bastian se echó a reír.
—Nosotros iremos a un bar... es todo lo que Dulce nos dio permiso de hacer... vamos a llevar a Maxi a desestresarse un poco con unas copas... lo necesita.
—Bien, nada de strippers entonces —dijo Angie señalándolo.
—¿Me lo dices a mí? —inquirió él con diversión. Ella asintió—. Y yo que pensaba invitar a Andrea.
Angie puso los ojos en blanco.
—Háblame de las mujeres con las que has estado —quiso saber.
—No me alcanzaría el día —bromeó él, pero Angie lo supo de inmediato.
—No seas tonto, cuéntame... ¿Alguna novia en serio?
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Lo que Angie creía que quería (2)
Romance*** OBRA NÚMERO DOS DE LA BILOGÍA ANGIE *** Angie, Bastian, Maxi y Dulce solían ser un buen equipo cuando eran adolescentes. Se habían metido en un montón de enredos típicos de la edad y al final habían conformado dos parejas: Angie y Bastian y Max...