Capítulo 22

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La puerta volvió a abrirse después de un rato de que Dina salió

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La puerta volvió a abrirse después de un rato de que Dina salió.

—¿Duermes? —inquirió Maxi.

—Ya quisiera...

Pasó, se sentó en el suelo y recostó la espalda por la cama.

—¿Cómo lo solucionaste con Dulce? —quiso saber Angie.

—No fue complicado, lo que pasó no tenía sentido... no iba a suspender su boda conmigo por una tontería así... El problema de Dulce es otro...

—¿Cuál? —preguntó ella.

—Sus miedos... sus miedos, sus cicatrices que siempre se abren un poco en los momentos más importantes de nuestras vidas...

—Supongo que eso nos pasa a todos... —suspiró ella.

—Probablemente...

—¿Y qué le has dicho? —quiso saber ella.

—Nada... que los miedos siempre están, que yo también los tengo, pero que juntos hemos atravesado ya muchos embates y lo hemos logrado... Solo dejo que se le pase y la abrazo durante el proceso. Ella sabe que estoy, que voy a estar... siempre... pase lo que pase...

Angie sonrió y se acercó a él para acariciarle el cabello con ternura.

—Me siento como aquella vez que fuimos al campamento los tres, recuerdo que me sentía perdida, pensaba que Bastian y tú avanzaban y yo me quedaba estancada... Ahora es lo mismo, todos crecieron muchísimo... menos yo.

—¿Qué dices? Claro que no... todos admiramos lo mucho que has avanzado en la vida —comentó él levantando la cabeza para mirarla.

—Logros... profesionales todos...

—También son importantes —dijo él y le regaló una sonrisa—. Bastian llamó hace un rato...

—¿Para?

—Me dijo que te pusiste celosa de Andrea y me preguntó si estabas bien, estaba preocupado porque manejaste y dijo que habías tomado vino...

—Hmmm —Angie volvió a su sitio, se cruzó de brazos y se mordió el labio inferior.

—Irresponsable, Angie... eso sí es actuar con irresponsabilidad —regañó Maxi.

—¿Qué querías? Tenía que venir... habíamos quedado en eso.

—Él dijo que se ofreció a traerte, debiste dejar que lo hiciera —musitó.

—Sí, pero no quería hablar... Estoy cansada de hablar...

—Huir siempre es la mejor salida —añadió Maxi con ironía.

—Ve a dormir, Maxi, mañana te casas y no tengo ganas de pelearme contigo el día antes...

—¿Me quieres echar porque no te gusta lo que te digo? Huir... huir... siempre huir... —respondió él sin ninguna intención de levantarse.

—Yo no hui, yo me fui porque tenía que irme, tú mejor que nadie lo sabes... Mamá me obligó, me dijo que no había nada más que yo pudiera hacer por él. ¿Acaso no lo recuerdas? —inquirió.

Lo que Angie creía que quería (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora