Suelto una carcajada y me pongo roja.
-Voy a por más helado- se levanta Marcus.
- Yo también- le sigue Henry.
Pasan segundos en los que siento que hay alguien detrás de mí.
- Chicos, si queréis asustarme no os va a servir estar detrás de mí- hablo y cuando me giro veo que no es Marcus, ni Henry- ¿Qué haces aquí, Nathaniel?- pregunto un poco sorprendida.
- Esperaba que me recibieras mejor, ya que no fui yo el que se fue de tu casa como si hubiera visto un fantasma- se sienta en el columpio de al lado.
- Supéralo- digo con una sonrisa. No pensaba que vendría hasta aquí. Otro cualquiera hubiera pasado de mí y me hubiera dejado.
- Bueno, yo lo superaré si tú no lo vuelves a hacer- no contradigo nada, ni le afirmo ni le niego, si hay otro problema con Raine tendré que ir.
- ¿Cómo sabías que estaba aquí?- le pregunto.
- Me lo han dicho Marcus y Henry- responde con una sonrisa.
Malditos entrometidos.
- Bueno, ahora vuelvo, los mato y vuelvo- me levanto del columpio. Él sonríe y es una sonrisa simple, pero que a mi me transmite muchas cosas.
Me coge la mano y entramos juntos a la casa. No esperaba que me cogiera de la mano, pero tampoco lo quitaré.
Los chicos están en la cocina bebiendo vino y a mi me da un dolor agudo en la pierna. Se me había olvidado la herida y no quiero ser la que estropee el momento de amigos con llevarme al hospital, así que me callo y voy hacia ellos.
- ¿Así que con la pregunta de qué tenía con Nathaniel era para traerlo?- le pregunto a Marcus en el oído.
- No quería equivocarme al mandarle la dirección- sonríe.
- Tenemos cartas. ¿Quién quiere jugar al poker?- pregunta Henry.
- Me da igual- respondo.
- Bueno, como le da igual, pues juguemos- se va a por cartas y yo recorro con los ojos a Nathaniel.
Lleva una camisa que le aprieta un poco. Me miro a mí y yo llevo un pantalón de pijama y una camiseta ancha que me prestó la abuela de Henry.
- ¿Estáis saliendo? ¿O sois como follamigos?- pregunta Henry y estoy a punto de clavarle un cuchillo de la cocina.
- Más bien lo segundo- decimos a la vez y nos miramos.
- Jamás estaría con uno así, ni de chiste- me burlo.
- Ni yo con una mandona- me hago la ofendida y miro a Marcus.
- ¿Cuando he sido yo una mandona?- les pregunto a los dos.
- No sé, muchas veces en los entrenamientos- Responde Marcus y Henry lo reitera moviendo la cabeza afirmando, trayendo las cartas.
Nos la pasamos discutiendo por las cartas, también por quién ha ganado y hacemos apuestas absurdas, como quien hace una pirueta o quien se atreve a salir vestido de payaso por las calles. Creo que estamos todos igual de ebrios, menos Nathaniel. Yo cojo mi teléfono y hago videos.
Marcus es el más temerario haciendo retos imposibles, como subir al techo y mear, lo peor es que lo hace, cumple el reto el imbécil. Nos pasamos la noche riéndonos hasta que son las seis y nos vamos todos a dormir.
- Tu habitación- me indica Henry con copas de más.
La de Nathaniel está al frente de la mía, pero no dormiremos juntos. Entro al baño que hay en la habitación y veo la herida que me hicieron en la pelea. Tiene mal aspecto, pero me la vuelvo a tapar con la estúpida excusa de "ojos que no ven, dolor que no sientes" sin embargo, el refrán no es así y lo he cambiado un poquito.
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MISIÓN KEINOX
RomanceHera. ¿La reina de todos los dioses o la reina de la muerte?. Calculadora, sensual y si te descuidas te llega robar hasta el alma. Son cuatro Hermanas destinadas para que una de ellas sea la reina de la mafia y ese poder es para Hera, sin embargo, ¿...