Ha pasado una semana, he aplazado la cita desde entonces. Todavía no me decido y debería decírselo.Él debe saberlo, no es justo para Nathaniel y no debería tomar la decisión sola. Nadie lo sabe aparte de Marcus.
El embarazo no se me nota, solo hay una parte más gordita en la parte baja del abdomen; sin embargo, la tienes que mirar más de dos veces para darte cuenta.
Marcus no me ha dejado sola en esta semana, no para de preguntarme si necesito algo. Se queda mucho en casa y me hace pasteles.
Se le da muy bien la repostería, en general se le da bastante bien la cocina. A veces en los entrenamientos me dice que no me exceda tanto.
Marcus insiste en que se lo diga a Nathaniel o dejar que se lo diga él, pero la decisión es mía, yo debo de decírselo. Raine y él cada vez se llevan mejor, juntos hacen pasteles.
Nathaniel sigue sin mirarme y no he encontrado el momento correcto para decírselo, se la pasa en su despacho o en su casa.
Henry ha traído mucho a sus hijos y parece que ellos y Raine también se tienen confianza. Estoy intentando no comer demás; sin embargo, me es imposible, me entra hambre cada quince minutos, pero lo quemo en el gimnasio.
Ahora estoy en la sala de capitanes arreglando papeles y aplazando otra vez la cita. Tengo una idea de quién es el sospechoso, solo necesito sacar más argumentos para lo que tengo planeado.
Martha nos ha avisado a todos de una reunión importante en la sala de reuniones. Supongo que explicarán la próxima misión.
Todos nos levantamos y vamos a la salida. Cogemos un ascensor que nos lleva a la sala. Muchos ya están ahí, Nathaniel sigue igual de cansado y hastiado, no nos miramos. Aunque quiera esconder lo que siento, el que no me mire me duele y ahora menos que nunca se lo tengo que decir. Al fin y al cabo yo quería esto.
Nos sentamos todos alrededor de la mesa. Hay un olor asqueroso en el aire, eso mezclado con el aire acondicionado me da arcadas.
- ¿Estamos todos?- pregunta mi general y todos asentimos- Daremos comienzo entonces. La próxima misión será en Alaska. La mafia rusa hará un baile, ahí estarán personas importantes de trata de blancas. Esta vez iremos de infiltrados para sacar información, solo eso. Queremos saber donde tienen metidas a las mujeres y niñas de las tratas. Nada de pelea ni ataques- me da una mirada fugaz y yo sonrío.
De pronto siento una arcada, no voy a vomitar o eso espero. Siento venir otra arcada y me levanto, no vomitare, al menos no aquí.
- ¿Ocurre algo, capitana Celia?- me pregunta Nathaniel extrañado porque me haya levantado tan repentinamente.
- Pido permiso para salir un momento- si me lo niega lo vomito encima. Lo prometo.
- Adelante, no tarde capitana- salgo casi corriendo.
Esto es una mierda. Me choco con Marcus, pero no me paro voy directa al baño de mujeres. Él me sigue. Abro un gabinete y quito la tapa del retrete.
Empiezo a vomitar, todo lo que he desayunado cae en el retrete. Marcus me acaricia la espalda con una mano, pero yo no paro.
- ¿Estás bien?- me pregunta cuando doy las últimas arcadas.
- Sí, pero necesito espacio- me levanto, salimos juntos del gabinete y vemos a Martha entrar.
- He visto que salías y pensaba que estarías en problemas- habla preocupada.
- Tranquila, estoy bien- le digo con una sonrisa- Gracias por preocuparte. Solo me ha sentado mal, ya sabes- ella parece no entender y específico- El ciclo menstrual. Me encontré a Marcus y ya sabes cómo es, el imbécil me siguió.
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MISIÓN KEINOX
RomanceHera. ¿La reina de todos los dioses o la reina de la muerte?. Calculadora, sensual y si te descuidas te llega robar hasta el alma. Son cuatro Hermanas destinadas para que una de ellas sea la reina de la mafia y ese poder es para Hera, sin embargo, ¿...